Una comisión del alto gobierno, encabezada por el consejero Luis Eduardo Garzón, se dispone a viajar hoy a la región del Catatumbo para entablar diálogo con los promotores de la protesta campesina, aunque el ejecutivo nacional supeditó el inicio de conversaciones a la suspensión de los bloqueos y los actos de violencia.

Tras una reunión celebrada en la Casa de Nariño, con el gobernador de Norte de Santander, los alcaldes de los once municipios de las provincias de Catatumbo y de Ocaña y el Obispo de la Diócesis de Tibú, Ómar Alberto Sánchez, el ministro del Interior, Fernando Carrillo advirtió que «una vez garantizadas las condiciones de seguridad y orden público, una comisión de alto nivel del Gobierno Nacional se va a desplazar a la región para dar inicio con las comunidades y no con actores ajenos a las pretensiones que se han venido ventilando».

Los actores ajenos, según lo dejó entrever el ministro, son elementos infiltrados de las guerrillas de las Farc y del Eln.

Carrillo reiteró «como siempre, su disposición de diálogo sin presiones de las vías de hecho, al tiempo que expresa su solidaridad para con las víctimas y con todas las familias de esta región que se han visto afectadas en la protesta».

Sin embargo, los promotores de la protesta insistieron en exigir la presencia del presidente Juan Manuel Santos como condición para suspender las movilizaciones, que ya completan dos semanas y en las cuales participan cerca de 14 mil campesinos.

El gobernador de Norte de Santander, Edgar Díaz, dijo que lo único que quieren los labriegos es que se reanude el diálogo con el alto gobierno para que se le de cumplimiento a las promesas que hace varios años les hicieron, especialmente con el tema de la sustitución de cultivos ilícitos.

Mientras tanto, ayer los campesinos apostados en el corregimiento de Aguas Claras dieron el último adiós a los labriegos que murieron en desarrollo de los enfrentamientos con la fuerza pública el sábado pasado.

Los féretros permanecieron varias horas bajo una carpa, antes de ser trasladados al cementerio de Tibú para darles cristiana sepultura.

Las víctimas fueron Edwin Franco Jaime y Yonel Jácome Ortiz, quienes fueron impactados por balazos, cuya procedencia se desconoce.

Pablo Téllez, uno de los líderes de la marcha, responsabilizó al Ejercito por la muerte de los dos campesinos.

“Desmentimos las versiones del General (Marcolino) Tamayo –comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano- quien afirma que las víctimas las habíamos traído de Convención y San Calixto. Es repudiable y rechazable porque fue en el momento en que se vieron acosados los hombres del Esmad, porque no tenían salida y abrieron fuego”, precisó.

Sobre las motivaciones de la protesta, Téllez señaló: «Queremos el desarrollo para el Catatumbo pero no el de las multinacionales, no queremos miserias para los campesinos. Queremos cultivar la tierra, sacar nuestros productos y una asistencia técnica para el valor agregado, a través de las diferentes alternativas para nuestra región”.