Construyamos Familia Opinión

CARTA ABIERTA A LOS HOMBRES

Carlos Fradique Por Carlos Fradique-Mendez
Las noticias sobre violencia contra mujeres, hijos e hijas crispan la piel. Los hombres, llámense amigos con derechos, novios, amantes, compañeros o maridos son los mayores generadores de este delito con actos como el abandono físico o afectivo, el silencio que injuria, la vigilancia con ojos de terceros, la orden de reportarse a cada instante, la ridiculización en todo, la burla que enferma, la palmada, el grito vulgar, la patada, el mechoneo, el insulto, el madrazo, la amenaza gesticular, el puteo, la violación sexual, el bloqueo económico y hasta la muerte que en este caso es un vil asesinato y para completar la tragedia le suman el asesinato de los hijos y el suicidio del agresor.
Son miles las mujeres e hijos e hijas sujetos de violencia y solo una parte de las agredidas denuncian, en tanto que la gran mayoría callan por temor a mayores represalias. Es gravísimo que funcionarios encargados de velar por la paz en la familia justifiquen hechos violentos de los hombres contra la mujer o sus hijos e hijas.

En todas las veredas, campos, barrios y ciudades de Colombia y de otros países, a todas las horas del día y de la noche se generan agresiones. ¿Y por qué los hombres son los que más agreden? Las causas son múltiples pero es bueno recordar a los hombres que deben abstenerse de agredir a las mujeres y a sus hijos e hijas, no solo por las sanciones penales a que se exponen sino por el rechazo afectivo que darán las agredidas y buena parte de la sociedad.

Un hombre que violenta a una mujer pierde su condición de varón y se porta como animal salvaje. En casi un matón. La sociedad no quiere salvajes y los hombres debemos cambiar nuestra actitud y para el efecto debemos saber por lo menos lo siguiente:

1) La violencia generalmente es consecuencia de la ignorancia y de una cultura delictuosa. Debemos vencer la ignorancia.

2) Es verdad que la sociedad en general y el Estado en particular, educan para la violencia y forman hábitos criminales. La adicción temprana al consumo del alcohol y el abandono afectivo que las personas equivocadamente suplen con el consumo de drogas crean estados propicios para la agresión.

3) La mujer que se somete al poder económico de un hombre así este reciba de paga solo un salario mínimo tolera que la maltraten y difícilmente se emancipa. Entonces, no más mujeres subordinadas. ¡Que todas las mujeres entonen un canto de libertad!

4) Los niños aprenden con el ejemplo de sus padres. Un padre maltratador enseña a sus hijos a maltratar y sus hijas recién adolescentes se fugan con el primero que les ofrece sobrevivencia. Casi siempre solo cambian de agresor y además se esclavizan con hijos no deseados o no planeados en forma responsable.

5) A todos los hombres del planeta les recuerdo que el hombre no es el jefe ni el mandamás del hogar. No es titular o dueño de ningún poder sobre la esposa o compañera. Ese aparente dominio terminó hace décadas. ¡Mujeres, Uds. no son propiedad de nadie! ¡A recuperar su estima!

6) El hombre que asegura que “su” mujer es suya y que no puede ser de nadie más, tiene mente perversa, dañada por malas creencias y mitos malsanos.

7) Hace medio siglo por enseñanzas sociales y hasta religiosas la mujer se casaba para servir a la casa y al marido y a los hijos. Debía obediencia al marido. Era solo un objeto reproductor. Esa cultura fue abolida y debemos abolirla de nuestra mente machista. Los hombres debemos arremangarnos en el hogar y asumir parte de los roles de la casa. El trabajo en el hogar dignifica a las personas.

8) Hace medio siglo, la mujer que fijara sus ojos en un hombre que no fuera su marido era infiel y podía ser demandada en divorcio. El hombre tenía cierta licencia para ser infiel y por esta conducta sentirse macho. Es lo que cantan, por ejemplo, en el folklor mexicano. Hoy es censurable tanto la infidelidad de la mujer como la del hombre y ya ser infiel no es sinónimo de macho. Casi siempre es sinónimo de tonto porque la cómplice de la infidelidad lo amarra con uno o varios hijos.

9) La fidelidad, más que una condición humana es un mito. Creación cultural para que el hombre tenga alguna certeza de su condición de padre.

10) Por lo demás, nadie tiene derecho a matar a otra persona. La pena de muerte está abolida en casi todos los países y en los que se aplica es para delitos gravísimos. La infidelidad no es siquiera ni una infracción de policía.
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11) Los celos son una enfermedad curable si se quiere y letal si la persona se empecina en creer que todo lo que hace su pareja es infidelidad.

12) Por todo lo anterior es importante llamar la atención de la familia, de la sociedad y del Estado para que emprendan inmediatamente políticas de gobierno con el fin de que los hombres superen su ignorancia machista y brutal y las mujeres aprendan a defenderse y a denunciar cuando haya riesgo de agresiones y con mayor razón si son objeto de actos violentos.

Concluyamos que es urgente crear la clase de educación para la vida en familia en la que tendrán cabida integral la sana formación para la vida sexual, la prevención de agresiones, el manejo de la economía doméstica, la realización de la progenitura responsable, las buenas relaciones humanas en la familia, la salud familiar, el cuidado del cuerpo, del espíritu y las relaciones sociales de las personas y el conocimiento de las normas básicas que rigen la vida en familia, la defensa efectiva de los derechos y la enseñanza de cómo se cumplen con decoro y eficacia las obligaciones en el hogar y del hogar frente a la sociedad y la Patria.

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