La Crónica Radio Santa Fé

Niños desprotegidos y los hijos de madres cabeza de familia reciben ayuda de El Ángel

angel de la calleEl Ángel de la calle tiene las dos historias finalistas de la semana que fueron elegidas por los televidentes a través de la línea gratuita 01 8000 181010 y en la página de internet www.cablenoticias.tv. Los casos con mayor votación son la institución –Asebi- que está dedicada a atender niños en extrema pobreza, desplazamiento y vulnerabilidad y los hijos de madres cabeza de familia que son protegidos por decenas de mujeres del barrio Jerusalén en el jardín Mis Chiquititos. Estos dos casos se presentarán de nuevo el fin de semana para que la audiencia vuelva a votar y así, el lunes 2 de septiembre puedan recibir una ayuda, en elementos que necesiten, de 3 millones de pesos y 4 millones de pesos.

Primer caso: Asociación Sembrando esperanza por un Bienestar integral

En el barrio Villa Mercedes, en la localidad de Ciudad Bolívar, queda la Asociación Sembrando esperanza por un Bienestar integral. Esta institución está dedicada al Trabajo pedagógico y comunitario para madres cabeza de hogar.

En el lugar se atienden niños en extrema pobreza, desplazamiento y vulnerabilidad que nunca han conocido la comodidad, incluso deben compartir los pocos juguetes que llegan a sus manos.

Además, semanalmente, 35 madres gestantes, lactantes y adolescentes se acercan a la sede para recibir atención psicoafectiva, social y pedagógica al redor de temáticas de autoestima, derechos sexuales y reproductivos.

En la asociación hacen esfuerzos para atender las carencias nutricionales de la población, por esta razón tocan puertas y buscan alimentos para repartir desayuno, almuerzo y onces a cada uno de los niños y madres que hacen parte del programa.

Segundo caso: Mis Chiquititos

Un improvisado jardín es el respaldo de decenas de madres del barrio Jerusalén, en la localidad de Usme. El centro educativo atiende a 40 niños entre los 6 meses y los 10 años, mientras sus madres, la mayoría de ellas cabeza de hogar, salen en búsqueda de nuevas oportunidades económicas.

Es un jardín modesto y pobre; sus paredes en obra gris, techos de eternit y la pequeña cocineta lo evidencian. El espacio no es el adecuado para acoger a tantos niños.

Con las uñas, el trabajo y la dedicación han logrado levantar durante dos años esta guardería, donde los pequeños reciben desayuno y almuerzo diariamente.