Gobierno brasileño realizó operaciones de espionaje a EEUU y a diplomáticos de Rusia, Irán e Iraq
–La Agencia Brasileña de Inteligencia, Abin, espió las actividades de diplomáticos de Rusia, Irán e Iraq en Brasilia, tanto en sus embajadas como en sus propias residencias, según lo reveló el diario Folha de Sao Paulo.
Las operaciones de espionaje se extendieron a una serie de salas alquiladas por la Embajada de Estados Unidos, ubicadas en el último piso de un centro comercial de tres pisos, en el Sector de Mansôes Dom Bosco, en el Lago Sur, barrio noble de Brasilia, en las cuales, según la inteligencia brasileña, “funcionaban diariamente con las puertas cerradas y con las luces apagadas y sin nadie trabajando en el lugar”, y “eran visitadas esporádicamente por alguien de la Embajada de Estados Unidos”.
Se suponía que en esas salas los americanos podrían tener allí equipos de comunicación, estaciones de radio y computadores.
Según lo advierte la publicación, que dijo haber obtenido esa información en documentos oficiales a los que tuvo acceso y añade que los diplomáticos de Rusia, Irán e Iraq eran “seguidos” y “fotografiados” por agentes brasileños.
El espionaje a las dependencias americanas lleva el nombre de Escritorio, en el documento revelado por Folha de São Paulo y su existencia fue confirmada por la Presidencia de la República, que calificó de “espionaje legal” las actividades de Abin.
La presidencia brasileña emitió inmediatamente un comunicado en el cual afirma que los datos se refieren a “operaciones de contra-inteligencia” y añade que “obedecieron a la legislación brasileña de protección de los intereses nacionales”.
También señala que como el diario no le suministró al Gobierno copias de los documentos, no es posible “validar su autenticidad”.
La nota agrega que las actividades de la Abin están previstas en la legislación y persiguen “la defensa del estado democrático de derecho, la sociedad y la soberanía nacional, con total respeto a los principios constitucionales y a los derechos y garantías individuales”.
Estos hechos se conocieron tras las revelaciones de que Estados Unidos espió las comunicaciones personales de la presidenta Dilma Rousseff, de varios de sus ministros y de estratégicas empresas brasileñas, como la petrolera estatal Petrobras.
Por esa razón, la mandataria brasileña canceló una visita de Estado que había programado para el pasdo mes de octubre pasado a territorio estadounidense.
Washington respondió a las denuncias de espionaje de Brasil que esas actividades son “legales” y responden a necesidades de “seguridad nacional”.