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Producto de un cáncer de pulmón muere el connotado literato Eduardo Galeano

galeanoA los 74 años de edad murió el connotado periodista y escritor uruguayo, Eduardo Galeano, considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana. El deceso se produjo como consecuencia de un cáncer de pulmón con el que batallaba desde hace unos años.

El escritor estaba internado desde el pasado viernes en un hospital de Montevideo, capital de Uruguay, debido a un quebranto de salud, consecuencia de un cáncer de pulmón que se le diagnosticó hace unos años. La muerte del Galeano, se produjo en la mañana de este lunes.

Galeano sufrió el exilio y publicó más de 30 libros, entre los que se destacan «La venas abiertas de América» y «Memoria del fuego».

Desde su publicación en 1971 de una de sus más connotadas obras “Las venas abiertas de América Latina” se ha convertido en un clásico de la literatura política latinoamericana. Su obra, entre la que también destaca Memoria del fuego (1986), ha sido traducida a una veintena de idiomas.

El libro “Las venas abiertas de América Latina” se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el propio escritor, en aquella época no tenía la formación suficiente para rematar la tarea. “[Las venas abiertas] intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria”, dijo. “No me arrepiento de haberlo escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada”, añadió.

La ecología, la política internacional, la historia, el fútbol, el lugar de la mujer, los derechos humanos y el amor fueron tema para su pluma, que le valió el premio Casa de las Américas en 1975 y 1978 y el premio Stig Dagerman en 2010, entre otros reconocimientos. Escribir también le valió amigos: uno de ellos fue el también uruguayo Juan Carlos Onetti, a quien definió como un “falso puescorpín”. “Conmigo, siempre fue cariñoso, quizá porque yo, que era muy chiquilín, era capaz de compartir con él jornadas de largos silencios”. De él aprendió una de las únicas rutinas que guiaron su escritura: “Las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio”, le dijo el autor de El astillero, y Galeano tomó nota. Su otra rutina era “escribir cuando le picaba, sin horarios ni obligación”.

El libro de los abrazos, El fútbol a sol y a sombra, Bocas del tiempo, Espejos y Voces de nuestro tiempo son algunos de los títulos de un autor que fue traducido a más de veinte idiomas y que sacudió la escena latinoamericana extendiendo su influencia a las generaciones que lo siguieron: alcanza con recordar su visita a la Feria del Libro de Buenos Aires en 2012 para presentar su último libro, Los hijos de los días. Llenó las dos salas más grandes de La Rural –una con su presencia, la otra con pantallas en vivo-, y la mayoría allí era sub 30, con uno, dos, varios de sus libros suyos en una mochila lista para recorrer las venas del continente que Galeano narró.

Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios.

En 2009, durante la Quinta Cumbre de las Américas, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez le regaló un ejemplar de esta obra de Galeano —prohibida por la censura de las dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile— al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En esa ocasión, la obra saltó de la posición 60.280 de la lista de los títulos más vendidos de Amazon a la décima en solo un día.

El escritor fue preguntado después sobre este episodio. Respondió: «Ni Obama y ni Chávez entenderían el texto […]. Él [Chávez] se lo entregó a Obama con la mejor intención del mundo, pero le regaló a Obama un libro en un idioma que él no conoce. Entonces, fue un gesto generoso, pero un poco cruel».