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Colombia desafía a EEUU con suspensión de fumigaciones con glifosato: The New York Times

the new york times–«Desafiando a los Estados Unidos, Colombia detiene fumigaciones aéreas de los cultivos utilizados para hacer cocaína», afirma este viernes el influyente diario «The New York Times», en un amplio informe sobre la determinación adoptada la víspera por el Consejo Nacional de Estupefacientes en torno al uso del glifosato.Además el informativo advierte que es un cambio de estrategia que tiene el potencial de agregar un nuevo elemento de tensión a las relaciones entre los dos países.

Destaca el diario que el gobierno de Colombia en la noche del jueves rechazó una herramienta importante en la campaña antidrogas respaldada por Estados Unidos, ordenando el cese de las fumigaciones aéreas de vastas plantaciones ilegales de coca, cultivo que se utiliza para hacer cocaína, citando preocupaciones de que la aerosol causa cáncer.

Agrega que la decisión pone fin a un programa continuado de más de dos décadas, que plantea interrogantes sobre la viabilidad de las estrategias aceptadas en la guerra contra las drogas en la región.

«Colombia es uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en América Latina y su socio más incondicional en la política antidrogas, pero el cambio de estrategia tiene el potencial de agregar un nuevo elemento de tensión a la relación», subraya el informe escrito por William Newman, el cual pone de presente que apenas la semana pasada, funcionarios estadounidenses advirtieron que la cantidad de tierras dedicadas al cultivo de coca en Colombia había crecido un 39 por ciento el año pasado, precisamente por la disminución de las fumigaciones aéreas para matar o impedir el cultivo.

Cita declaraciones de Adam Isacson, asociado senior de la Oficina de Washington para América Latina, según el cual «la gente que dirige antinarcóticos no quieren renunciar a cualquiera de sus herramientas, y hay focos de descontento dentro del gobierno de Estados Unidos con esta decisión».

Detalla que la decisión de detener las fumigaciones, que fue respaldado por el presidente Juan Manuel Santos, se produjo después de una agencia de la Organización Mundial de la Salud declaró en marzo que el herbicida utilizado aquí, un químico llamado glifosato, probablemente produce cáncer en seres humanos.

Señala que el producto químico, es el herbicida más ampliamente utilizado en el mundo y sobre el cual, precisa, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos ha determinado que no existe una evidencia convincente para considerarlo un riesgo de cáncer para los humanos.

Luego el escrito advierte que antes de la decisión del jueves, Estados Unidos había presionado al gobierno colombiano a continuar con el programa de fumigación y cita declaraciones en un diario de Bogotá del embajador de Estados Unidos en Bogotá, Kevin Whitaker, defendiendo el programa y diciendo, sin embargo, que la decisión de Colombia no dañaría las relaciones diplomáticas.

«Esta es su decisión soberana y vamos a respetar eso y vamos a seguir utilizando las herramientas que están disponibles para nosotros, ya que Colombia desea que lo hagamos, para continuar siendo un socio con ellos en esta lucha,» Mr. Whitaker dijo en una entrevista un día antes de que se tomó la decisión.

«Tenemos un montón de herramientas para ayudar a Colombia a resolver el problema de la delincuencia transnacional y el narcotráfico», expresó para explicar que la ayuda incluye proporcionar información de inteligencia sobre los traficantes de drogas, interceptación de cargamentos de drogas y centrando toda la acción al cierre de laboratorios de drogas y apoyar los esfuerzos para levantar y destruir las plantas de coca a mano.

En este sentido advierte que la decisión del jueves involucra sólo el uso del herbicida en el programa para exterminar los cultivos de hoja de coca y que el gobierno colombiano no se ha movido para prohibir el uso del herbicida por los agricultores que cultivan cultivos legales y lo utilizan para matar las malas hierbas.

Ha referencia a los opositores de la prohibición de la fumigación aérea con glifosato, que argumentan que el fin de este procedimiento podría dar lugar a un auge en la producción y favorecer a traficantes de cocaína y los grupos guerrilleros como las Farc, que dependen del tráfico de drogas para su financiación y han abogado por el fin de las fumigaciones.

Dice que también han señalado que una de las alternativas, la erradicación de las plantas a mano, es peligroso porque implica el envío de tropas y de los trabajadores en las zonas controladas por los traficantes y las tropas de la guerrilla. Muchos trabajadores de erradicación han sido asesinados y heridos por minas terrestres o en enfrentamientos armados en zonas de cultivo de drogas, complementa

Destaca que la aspersión con glifosato se inició en la década de 1990 en una pequeña escala y en la década de 2000 se estableció como un aspecto crucial del Plan Colombia, un empuje de billones de dólares de los Estados Unidos para ayudar en la lucha contra los grupos rebeldes y traficantes de drogas en el país.

«Alcanzó su punto máximo en 2006, cuando se rociaron más de 405.000 hectáreas, según datos compilados por la Oficina de la Casa Blanca de Política Nacional de Control de Drogas. Pero la fumigación aérea se ha reducido considerablemente en los últimos dos años, a tiempo que las plantaciones de coca aumentaron. El año pasado, se exterminaron 137.000 hectáreas, mientras que la cantidad de tierra sembrada con coca aumentó a 276.758 hectáreas en Colombia, en comparación con 198. 919 hectáreas del año anterior.

El articulo establece que el impacto de la decisión sobre las conversaciones de paz en curso entre el Gobierno y las Farc son inciertos. Algunos críticos de la decisión dicen que elimina un elemento crítico de la presión en el grupo que podría ayudar a empujar hacia un acuerdo para dejar las armas, precisa.

Y destaca que las dos partes han llegado a un acuerdo preliminar sobre la cooperación para combatir el narcotráfico, que entraría en vigor si se alcanza un acuerdo general de paz.

Finalmente se refiere al otro renglón de financiación de la guerrilla colombiana, el de la minería ilegal y destaca que el lunes, el gobierno informó que las fuerzas armadas habían atacado 63 minas ilegales operados por las Farc para extraer oro y otros minerales. Dijo que el cierre de las minas quitaría millones de dólares en ingresos mensuales para el grupo, concluye.