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Con reapertura de embajadas EEUU y Cuba avanzan en normalización plena de relaciones

EEUU-CUBA- BANDERAS

EU-CUBA- EMBAJADAS–La izada de la bandera de Cuba en la sede del departamento de Estado en Washington, dio inicio este lunes 20 de julio a la solemne ceremonia de apertura oficial de embajadas de Estados Unidos y Cuba, en desarrollo del proceso de normalización de relaciones diplomáticas entre los dos países, tras mas de 50 años de rompimiento.

En la capital estadounidense el acto lo encabeza el ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, acompañado por una delegación de 30 representantes de diversos sectores de la sociedad cubana.

A la ceremonia de Washington asisten más de 500 invitados, entre ellos congresistas y representantes del Gobierno de EEUU como la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, así como personas, grupos e instituciones del país norteamericano que han defendido el acercamiento entre ambos países.

En la isla, los cubanos pueden seguir ese acto en directo a través de la televisión estatal.

Finalizada la ceremonia, Bruno Rodríguez, primer jefe de la diplomacia cubana que viaja oficialmente a EEUU desde 1959, se reunirá a primera hora de la tarde en el Departamento de Estado con el titular de esa instancia, John Kerry.

En La Habana, Estados Unidos no realizó este lunes acto oficial alguno con motivo de la reapertura de su embajada ni izará su bandera por el momento.

Washington reserva esa ceremonia para la visita oficial a Cuba que cursará John Kerry este verano, si bien no se ha anunciado todavía la fecha concreta.

Ese viaje de Kerry a la isla será el primero de un secretario de Estado de EEUU a Cuba desde 1945, hace 70 años.

Con la reapertura de embajadas, los hasta ahora jefes de las respectivas secciones de intereses, José Ramón Cabañas (Cuba) y Jeffery DeLaurentis (EEUU), pasarán a ser encargados de negocios mientras ambos gobiernos nombran a sus respectivos embajadores.

De hecho, la reapertura de embajadas es el primer avance concreto desde que los dos países anunciaran el 17 de diciembre el descongelamiento de las relaciones, al que le siguieron meses de negociaciones.

El presidente cubano, Raúl Castro, lo definió hace una semana como la conclusión de “la primera fase” del proceso de “normalización”, que tiene como principal escollo el embargo comercial contra la isla, vigente desde 1962.

El 20 de julio “comenzará entonces una nueva etapa, larga y compleja, en el camino hacia la normalización de las relaciones, que requerirá voluntad para encontrar soluciones a los problemas que se han acumulado en más de cinco décadas y afectan los vínculos entre nuestros países y pueblos”, añadió.

La agenda bilateral que sigue es amplia: aviación civil, ambiente, lucha contra el narcotráfico, así como el interés de educadores y empresarios estadounidenses en incrementar los intercambios.

Los dos países “deberán moverse rápidamente para aprovechar la reapertura”, dijo Piccone.

La recuperación de los lazos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos abre ahora el camino hacia la normalización total de sus relaciones donde todavía persisten importantes diferencias y obstáculos, el más destacado el embargo de Washington contra la isla.

Raúl Castro y su gobierno han advertido en reiteradas ocasiones que no podrá haber relaciones totalmente normales mientras EEUU mantenga el bloqueo, cuyo fin depende del Congreso norteamericano, si bien la isla insta a Obama a que haga uso de sus facultades ejecutivas como presidente para desmantelarlo.

En ese camino hacia la normalización diplomática, La Habana también reclama a Washington que devuelva el territorio que “ilegalmente” ocupa la Base Naval de Guantánamo, en el oriente del país caribeño.

Otra de las demandas de la isla son el fin de las transmisiones radiales y televisivas “ilegales” hacia Cuba y el cese de los programas para promover la subversión y un cambio de régimen.

Otros asuntos pendientes en el diálogo bilateral son los derechos humanos, telecomunicaciones, así como los reclamos de compensación económica de ambas partes y la solicitud de Washington de extraditar a algunos fugitivos buscados por la Justicia estadounidense.