–La muerte de los 16 uniformados que viajaban en el helicoptero Black Hawk de la Policía que se precipitó a tierra el pasado 4 de agosto, fue consecuencia de los golpes que recibieron y no por balazos, según lo estableció en un comunicado el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés.

El reporte lo hizo con base en el examen realizado en 8 cuerpos que faltaban por identificar y según el cual, la causa de la muerte de los policías fue “trauma tipo contundente con patrón de caída desde altura sobre superficie dura”.

No obstante, los cadáveres cuerpos sí presentaban proyectiles, pero según lo advirtió Valdés, ninguno de ellos disparados desde fuera sino «correspondientes a la munición que venía adentro de la aeronave», pues, agregó, «no poseían estrías, no tenían rayado, que es producido por el paso del proyectil por el cañón».

Además señaló que no se encontraron lesiones que correspondieran a un patrón de explosión y que, los cuerpos se incineraron después de la muerte que se originó por el golpe.

Como se sabe, el helicóptero Black Hawk de la Policía cayó el pasado 4 de agosto cuando sobrevolaba una abrupta zona rural del municipio de Carepa, en el Urabá Antioqueño.

De acuerdo con el informe entregado entonces por el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, se trató de un accidente y no consecuencia de un ataque de la guerrilla o de una banda criminal, pues afirmó que el aparato se precipitó a tierra tras chocar el rotor de cola contra un árbol.

Además, en un comunicado, el llamado bloque Efraín Guzmán de las Farc negó haber derribado el aparato tipo Blackhawk que viajaba entre las poblaciones de Carepa y Chigorodó.

“Ninguna unidad guerrillera de este bloque ha dirigido fuego contra aeronaves en dicha región”, afirma el comunicado divulgado por el grupo guerrillero desde La Habana, Cuba, para “desmentir” al expresidente Uribe Vélez.