Internacional

COP21: La diferenciación de los compromisos de los países, el tema más difícil

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No son solo las metas para reducir emisiones las que generan discusión, son las escalas de tiempo y la manera cómo cada país hace su aporte las que hacen de las negociaciones en París un reto.
Uno de los principios generalmente evocados en las cumbres de medio ambiente tiene que ver con el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” y su aplicación en la COP21 de cambio climático. Ese es uno de los temas más álgidos, pues requiere la plena participación todos los países, de las principales economías del mundo, tanto desarrolladas como en desarrollo, pero en una medida proporcional a sus capacidades, a su historia y a sus trayectorias de desarrollo.

Los países estarán interesados en comparar la ambición de otros con la propia y es por esta razón que dicha diferenciación adquiere sentido: no es igual la capacidad económica e institucional de los países para afrontar el cambio climático, tampoco la historia y en particular la responsabilidad de quienes han originado el calentamiento global.

Los datos de 2012, estiman que el 67% de las emisiones históricas de gases efecto invernadero han sido producidas por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, Japón y Canadá (WRI, 2015). Sin embargo, las propuestas de reducción de estos países son poco ambiciosas y no son justas frente a sus responsabilidades y la magnitud de sus aportes a nivel global.

En 2012, los diez principales emisores aportaron en 2012 el 72% de las emisiones. Por el contrario, los cien países que menos emiten aportaron apenas el 3% de las emisiones, es por esto, que es necesario que se fijen compromisos diferenciados (WRI, 2015). Las emisiones de muchas economías emergentes, aún siguen trayectorias ascendentes muy acentuadas (China en primer lugar, India en cuarto y Brasil en séptimo) y sus contribuciones en esta materia se hacen más relevantes.

La complejidad de la negociación que se lleva a cabo en Paris es la búsqueda que estos países también asuman compromisos ambiciosos, pero ellos reclaman que no son los causantes del problema y que las necesidades sociales y de crecimiento los llevará a aumentar sus emisiones en los próximos años, por lo que no pueden plantearse reducciones en el corto plazo.

Por otro lado, hay países con aportes muy bajos a escala global como es el caso de Colombia (0,46%), que a pesar de su baja contribución en emisiones, se ha planteado una meta de reducción ambiciosa, pero, a su vez, tienen el interés en que los grandes emisores históricos de gases efecto invernadero y los nuevos grandes emisores asuman compromisos proporcionales a su aporte para evitar efectos más críticos en economías menos preparadas y con menor capacidad económica para enfrentar los impactos.

“Colombia no es solo hace un aporte pequeño al problema global sino que además, en términos de emisiones per cápita, es un país muy limpio”.