Con el objetivo de reducir la posibilidad de contagio de hepatitis y VIH entre los consumidores de drogas inyectables de Bogotá, funciona desde hace cerca de 4 meses la “Estrategia de Reducción de Daños en el Consumo de Sustancias Psicoactivas Inyectables”, que concibe el acceso a material higiénico de inyección para población drogodependiente.
La necesidad de abrir un servicio de este perfil nació de los resultados de la investigación sobre SPA inyectables en la Capital, que plantea que el consumo de estas sustancias es cada vez mayor y su población actúa sin mayor información técnica, intercambiando material de inyección y aumentando así la probabilidad de transmisión de VIH y hepatitis B y C entre estas personas y sus parejas[1].
La estrategia implementada de reducción de daños en el consumo de SPA inyectables está articulada a la estrategia CAMAD, en cooperación con la Corporación Acción Técnica Social –ATS– y Open Society Foundations (OSF) de Estados Unidos.
Lo que incluye la estrategia
1. Acceso a material higiénico inyectable y lugares adecuados para desechar de manera segura las jeringas utilizadas.
2. Apoyo y fortalecimiento de la red de usuarios.
3. Acciones de promoción de salud.
4. Acompañamiento para el acceso a servicios sociales, de salud y de desintoxicación y superación del consumo.
Los materiales para inyección que reciben los usuarios son: jeringa (corta y/o larga) agua destilada, filtro, toallita de alcohol, cazoleta (cuchara pequeña), torniquete (caucho) y una cura. La entrega de estos productos no está condicionada a la entrega de material usado, sin embargo la experiencia ha demostrado que se va adquiriendo la práctica de entrega del material a desechar.
Después de cuatro meses de funcionamiento, con corte a 30 de noviembre, esta iniciativa atiende a 140 personas, arrojando el siguiente balance:
• Más del 61% del material higiénico inyectable (jeringas) ha sido recogido y se le ha dado el manejo correspondiente como desecho sanitario.
• 1.689 oportunidades de acceso al material higiénico de inyección.
• 399 actividades de socialización de información sobre inyección higiénica, prevención y manejo de sobredosis, prevención de transmisión de enfermedades asociadas a la inyección (VIH y hepatitis virales).
• 92 usuarios se han adherido a los procesos de articulación institucional a través de servicios de salud y acceso a tratamiento, así como procesos de identificación como ciudadanos y vinculación al SGSSS
• Hasta la fecha se han formado 43 pares, personas usuarias de SPA inyectables que por sus características de liderazgo y compromiso con el programa se integran al equipo de trabajo.
Importante tener en cuenta
· En el lugar donde se desarrolla esta estrategia no se permite el consumo de ninguna sustancia psicoactiva.
· No se hace publicidad y no se promueve la estrategia en ningún otro espacio diferente al punto de entrega de jeringas.
· La población consumidora de drogas inyectables puede acceder a las acciones que se desarrollan sin ningún tipo de barrera y sin sentirse juzgada.
· La estrategia incluye acciones de promoción y orientación para el acceso a servicios de salud y mejoramiento de la calidad de vida de las personas consumidoras.
· La estrategia incluye talleres de inyección higiénica, de prevención y manejo de sobredosis.
Este programa responde al mandato de la Constitución Política de Colombia que establece que el Estado debe desarrollar políticas de prevención, rehabilitación e integración social para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a la Ley 1566 de 2012 que plantea que el consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas, lícitas o ilícitas, es un asunto de salud pública, a la Ley 1616 de 2013 que establece que la Salud mental es de interés y prioridad nacional. Esta estrategia está cobijada por la Resolución 518 de 2015 del Ministerio de Salud y Protección social, con relación a la compra de jeringas e insumos para estrategias de reducción del daño en usuarios de drogas inyectadas.
Panorama Mundial
De acuerdo al Informe Mundial sobre las Drogas de 2012, se estima que entre 15 y 16 millones de personas en 151 países se inyectan drogas y de estas, tres millones viven con VIH, epidemia que se está expandiendo por el consumo no seguro y no higiénico de drogas inyectables[2]. La prevalencia del VIH en personas que se inyectan drogas es, al menos, 22 veces mayor que en el resto de la población y entre ellos también es prevalente la transmisión de la Hepatitis B y C[3].
A escala mundial se reporta que el 80% de los casos de VIH son por transmisión con agujas infectadas.
Panorama Nacional
El informe de Análisis de Situación de Salud en Colombia –ASIS- de 2014 del Ministerio de Salud y Protección Social, indica que los usuarios de drogas intravenosas representan el segundo grupo poblacional en Colombia con mayor vulnerabilidad ante la infección por el VIH.
El Estudio sobre Uso Intravenoso de Drogas y Riesgos para la Salud, llevado a cabo por la OMS en 2013, confirmó que el uso de drogas inyectadas se había posicionado como una alternativa para muchos jóvenes de Bogotá, y adicionalmente detectó que el uso de alcohol y cocaína inyectada tendían a volverse cada vez más popular [4].
El grupo etario con mayor proporción de usuarios de drogas inyectables –UDIS- es el de 19 a 24 años (47%), seguido del grupo de 25 a 34 (43,9%), solo un 7% tiene más de 35 años. Ahora bien, 25,3% de los consumidores es de estrato bajo, 66.5% de estrato medio y 8,2% de estrato alto; 70,2% son hombres y 29,8% mujeres y el 60,4% de los usuarios reconoce que comparte jeringas o agujas[5].
Con respecto a hepatitis C, se calcula que cada Usuario de Drogas Inyectables (UDI) que la adquiere puede transmitir el virus aproximadamente a otras 20 personas al compartir agujas u otro material contaminado con sangre[6] y al cabo de 20 años sin tratar, el 20% de las personas infectadas desarrollan cáncer o cirrosis, momento en el que la única alternativa es realizar un trasplante hepático[7]. Adicionalmente, se reportan deterioros importantes de las venas por la reutilización de jeringas y por malas prácticas de inyección y frecuentes episodios de sobredosis[8].
La ciudad de Pereira ya cuenta con una estrategia similar denominada “Cambie”, mediante la cual los usuarios llevan su material usado y les es cambiado por material nuevo.
Con la entrega de material higiénico, estrategias educativas y de promoción de la salud, más la distribución de condones, se puede disminuir hasta en un 80% la transmisión del VIH y de hepatitis C en UDIS[9].
[1] Ministerio de Justicia y del Derecho – Universidad CES. “Comportamiento de usuarios de drogas inyectables en tres ciudades de Colombia”. Colombia, 2012.
[2] UNODC. Informe mundial sobre las drogas 2012 [Internet]. 2012. Recuperado a partir de: http://www.unodc.org/documents/data-andanalysis/WDR2012/WDR_2012_Spanish_web.pdf
[3] ONUSIDA. Datos fundamentales sobre el sida [Internet]. 2012. Recuperado a partir de: http://search2.unaids.org/custom/search.asp
[4] Mejía IE; Pérez A. La inyección de drogas en Bogotá: una amenaza creciente. Adicciones, 2005 • VOL.17 NÚM. 3 • PÁGS. 251-260.
[5] Ministerio de Justicia y del Derecho – Universidad CES. “Comportamiento de usuarios de drogas inyectables en tres ciudades de Colombia”. Colombia, 2012.
[6] Magiorkinis G, Sypsa V, Magiorkinis E, Paraskevis D, Katsoulidou A, Belshaw R, et al. Integrating Phylodynamics and Epidemiology to Estimate Transmission Diversity in Viral Epidemics. Kosakovsky Pond SL, editor. PLoS Comput Biol. 31 de enero de 2013;9(1):e1002876.
[7] OMS | Hepatitis C [Internet]. WHO. [citado 15 de enero de 2014]. Recuperado a partir de: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs164/es/.
[8] ATS. Consumo de heroína y otras sutancias inyectables en Bogotá, 2014.
[9] Louisa Degenhardt, Bradley Mathers, Peter Vickerman, Tim Rhodes, Carl Latkin, Matt Hickman. Prevention of HIV infection for people who inject drugs: why individual, structural, and combination approaches are needed. Lancet. 2010 Jul 24;376:285 – 301