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Fiscalía reactiva investigación por crimen de Rodrígo Lara y ordena exhumación del cadáver

Rodrigo Lara Bonilla
Rodrigo Lara Bonilla
–Después de 32 años de su muerte, la Fiscalía dispuso la exhumación del cadáver del exministro Rodrigo Lara Bonilla para realizar una nueva necropcia y establecer la intervención de una tercera persona en el crimen, que en principio se atribuyó a sicarios del narcotráfico.

El crimen de Lara Bonilla ocurrió el 30 de abril de 1984, cuando se desempeñaba como Ministro de Justicia en el gobierno del presidente Belisario Betancur.

Un sujeto que iba como parrillero en una motocicleta que conducía Byron de Jesús Velásquez Vasquez le disparó a Lara Bonilla cuando iba a bordo del carro de uso oficial, un Mercedes-Benz W123 blanco placa FD 5883, a la altura de la calle 127, al norte de Bogotá.

El autor de los disparos, identificado como Iván Darío Guisado, murió al estrellarse la motocicleta y Velasquez Vásquez fue capturado y condenado por el crimen a 16 años de cárcel, pero recibió una rebaja de la pena y salió libre el 28 de marzo de 1995, tras purgar 10 años y 11 meses de presidio.

El hecho es que una de las balas que penetró la humanidad de Lara Bonilla en el ataque fue disparada por el costado contrario al que le disparó el sicario de la moto.

Según la fiscalía una tercera persona, presumiblemente de la misma escolta del entonces ministro de Justicia, habría hecho ese misterioso tiro en desarrollo del ataque criminal.

Al reactivar la investigación y ordenar la exhumación del cuerpo de Lara Bonilla, un fiscal de la Dirección de Análisis y Contextos de la Fiscalía la fiscalía espera hallar a los verdaderos responsables del asesinato y confirmar su hubo intervención de agentes del Estado.

El representante a la Cámara Rodrigo Lara Restrepo, hijo del exministro, se declaró convencido de que en el crimen hubo intervención de agentes del Estado y que para ocultarlo se manipuló la versión y la misma autopsia que se le practicó al cuerpo de su padre.

Dijo que evidentemente el asesinato fue ordenado por el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, pero para su ejecución se contó además con la omisión de varios dirigentes políticos.

Los restos del exministro reposan en el Cementerio de la ciudad de Neiva, Huila, de donde era oriundo.