Internacional

Donald Trump y el liderazgo republicano dan un primer paso hacia el acercamiento

Donald-Trump-at-CPAC-010

El virtual nominado republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, acercó este jueves posturas con el liderazgo del partido al reunirse con el presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, con quien tuvo un encuentro “muy productivo”, pero quien aún sigue siendo reticente a darle su apoyo de manera oficial.

Trump y Ryan se reunieron en la sede del Comité Nacional Republicano (RNC, en inglés) durante 45 minutos, con el objetivo de encontrar puntos comunes para trabajar en la “unificación” del partido, muy dividido ante la victoria del multimillonario en las elecciones primarias.

Ryan, que ocupa el tercer cargo político más importante en EE.UU. tras el presidente y el vicepresidente, dijo la semana pasada “no estar preparado aún” para ofrecer su respaldo a Trump, una negativa que evidenció todavía más los problemas que atraviesan los republicanos para presentarse como una fuerza unida en los comicios presidenciales de noviembre.

No obstante, en un comunicado conjunto, ambos calificaron la reunión como “positiva” para avanzar hacia “la unificación”, aunque también reconocieron “las diferencias” que existen entre los dos.

“Creo que hemos plantado las semillas para estrechar las diferencias”, dijo Ryan en una rueda de prensa posterior, en la que admitió que Trump ha devuelto al partido un nicho electoral que habían perdido hace décadas.

“Ha logrado más votos que ningún otro nominado republicano en la historia de nuestro país”, apuntó el líder de la Cámara Baja, que, sin embargo, no quiso ceder y ofrecer su respaldo oficial al magnate.

Ryan, máximo representante del aparato del partido, subrayó que las diferencias con Trump “no se pueden solucionar en un encuentro de 45 minutos”, pero se mostró optimista por estar de acuerdo “en los principios fundamentales conservadores” como la defensa de la Constitución, un Gobierno menos intervencionista o la defensa de la vida.

“Es muy importante que no creemos una unidad (de partido) fingida, que no finjamos estar de acuerdo”, agregó el líder republicano, quien reconoció que estas primarias han sido uno de los periodos electorales más divisivos en el seno conservador.

No obstante, Trump y Ryan hallaron además otro punto clave de unión: “impedir” que la favorita entre los demócratas para llegar a la Casa Blanca, Hillary Clinton, logre la Presidencia.

El encuentro causó mucha expectación mediática y atrajo a decenas de manifestantes a las puertas del RNC, especialmente inmigrantes, para protestar contra las políticas defendidas por el multimillonario, como prohibir la entrada temporal de musulmanes a EE.UU. para combatir el terrorismo yihadista o la construcción de un muro en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal.

“RIP GOP” (Descansen en Paz los Conservadores) se podía leer en algunas pancartas que advertían a los republicanos sobre apoyar a un candidato como Trump, quien no ha tenido reparo en hacer uso de una retórica xenóbofa, misógina y racista durante la campaña.

Tras entrevistarse con el líder de la Cámara Baja, el magnate celebró una reunión similar con el liderazgo republicano del Senado, donde aún encuentra escollos entre los senadores conservadores pero cuenta con el apoyo de su líder, Mitch McConnell.

A este respecto, el líder de la minoría demócrata, Harry Reid, fue muy crítico con su homólogo republicano en el pleno de la Cámara Alta.

“Cuando se reúnan, pueden hablar sobre sus políticas anti-mujer. Ya que el senador McConnell está aceptando a Trump con entusiasmo, solo podemos suponer que concuerda con la opinión de Trump de que las mujeres son unas ‘perras’ y unas ‘cerdas’. Solo podemos suponer que el líder republicano no siente rechazo por la actitud de Trump hacia las mujeres”, dijo Reid.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, consideró hoy que el encuentro entre Ryan y el magnate solo pone de manifiesto que “los republicanos están más preocupados por las elecciones que por solucionar las necesidades de los estadounidenses”.

Earnest argumentó que el liderazgo del Partido Republicano pretende que Trump acepte su agenda política, pero ellos mismos “no están haciendo nada” por implementarla.

El portavoz citó como ejemplo de esa situación la renuencia de los conservadores a aprobar fondos para combatir el virus del Zika o para atajar la crisis económica de Puerto Rico.

Un ejemplo de las dificultades que afronta Trump en la Cámara Alta entre sus correligionarios lo dio este miércoles el senador republicano por Utah, Mike Lee, quien aseguró que no apoyará al magnate y que sus ideas políticas “le asustan hasta la muerte”.

Muchos legisladores conservadores se juegan la reelección a su escaño este noviembre, en la misma jornada electoral de las presidenciales, y temen que apoyar al magnate y sus propuestas radicales les haga perder sus asientos, especialmente en aquellos estados donde las minorías atacadas por Trump, como los hispanos, tienen un gran peso demográfico.

Pero el virtual nominado republicano no solo halla obstáculos entre los miembros del Capitolio, tampoco cuenta con los expresidentes Bush, tanto padre como hijo, o el último candidato del partido a la Presidencia del país, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney. AFP