– El ex presidente de Uruguay José Mujica, quien fuera uno de los aliados, ahora mostró su total distanciamiento con el presidente venezolano Nicolás Maduro. Mujica simplemente dijo: «Maduro está loco como una cabra».
El exmandatario uruguayo hizo el pronunciamiento al ser cuestionado sobre los insultos que profirió Maduro contra su compatriota y exministro Luis Almagro, actual secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA.
Mujica advirtió que le tiene un gran respeto al presidente venezolano, «pero eso no equivale a que no le diga que está loco».
«Estás loco como una cabra», complementó Mujica.
«Se dicen de todo y así no van a arreglar nada», expresó el actual senador del gobernante Frente Amplio (FA) en referencia a la guerra verbal entre Maduro y Almagro, quieran fuera su ministro de Relaciones Exteriores entre 2010 y 2015.
En una improvisada rueda de prensa en su país, se le preguntó a Mujica en torno a las acusaciones de Maduro a Almagro de que es un agente de la CIA y un traidor.
El exmandatario uruguayo respondió:
«No, no tiene nada que ver. Se pasan de rosca. Pero en Venezuela están bien pasados de rosca en todo. Almagro no es un traidor; es un abogado, esclavo del derecho. Yo discrepo con Almagro en algunas cosas, pero también con Maduro en eso».
Mujica dijo además: «El problema no es Almagro sino Venezuela, que debe tratar de arreglar la crisis económica».
«No se puede vivir a los roscasos (puñetazos) en un país. De alguna manera los venezolanos tienen que arreglar las cosas entre ellos», indicó el expresidente uruguayo.
De tiempo atrás el secretario General de la OEA, Luis Almagro, ha sostenido una fuerte guerra verbal con el presidente venezolano Nicolas Maduro.
La víspera, Almagro le envió una carta abierta a Maduro en la cual respondió a todas sus acusaciones y le dijo que se estaba convirtiendo en un «dictadorzuelo».
El texto integral de la misiva de Almagro, es el siguiente:
Mensaje del Secretario General de la OEA al Presidente de Venezuela
Presidente Nicolás Maduro,
No soy agente de la CIA. Y tu mentira, aunque repetida mil veces, nunca será verdad. De todas formas conviene aclararlo, aunque esto sea denegar el absurdo. Mi conciencia está limpia, Presidente, y mi conducta mucho más. No hay ninguna amenaza que me puedas hacer que ni remotamente roce a ninguna de las dos.
No soy traidor. No soy traidor ni de ideas, ni de principios, y esto implica que no lo soy de mi gente, los que se sienten representados por los principios de libertad, honestidad, decencia, probidad publica (sí, de los que suben y bajan pobres del poder), democracia y derechos humanos. Pero tú sí lo eres, Presidente, traicionas a tu pueblo y a tu supuesta ideología con tus diatribas sin contenido, eres traidor de la ética de la política con tus mentiras y traicionas el principio más sagrado de la política, que es someterte al escrutinio de tu pueblo.
Debes devolver la riqueza de quienes han gobernado contigo a tu país, porque la misma pertenece al pueblo, debes devolver justicia a tu pueblo en toda la dimensión de la palabra (incluso encontrar a los verdaderos asesinos de los 43 y no los que tienes presos por sus ideas, aunque no sean ni las tuyas ni las mías). Debes devolver los presos políticos a sus familias.
Debes devolverle a la Asamblea Nacional su legítimo poder, porque el mismo emana del pueblo, debes devolver al pueblo la decisión sobre su futuro. Nunca podrás devolver la vida a los niños muertos en los hospitales por no tener medicinas, nunca podrás desanudar de tu pueblo tanto sufrimiento, tanta intimidación, tanta miseria, tanto desasosiego y angustia.
Que nadie cometa el desatino de dar un golpe de Estado en tu contra, pero que tú tampoco lo des. Es tu deber. Tú tienes un imperativo de decencia pública de hacer el referéndum revocatorio en este 2016, porque cuando la política esta polarizada la decisión debe volver al pueblo, eso es lo que tu Constitución dice. Negar la consulta al pueblo, negarle la posibilidad de decidir, te transforma en un dictadorzuelo más, como los tantos que ha tenido el continente.
Sé que te molesta la OEA y mi trabajo porque entre los Ceibos estorba un Quebracho. Lamento informarte que ni me inclino ni me intimido.