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La cumbre olímpica, última oportunidad de juegos para los atletas rusos

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A menos de dos meses para el inicio de la cita olímpica (5-21 agosto), algunas estrellas podrían perderse el desfile en el Estadio Olímpico del barrio de Maracaná.

Por el momento, tras la decisión de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) del viernes y a la espera de una eventual decisión del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), ni la estrella de la pértiga Yelena Isinbayeva, doble campeona olímpica, ni el campeón del mundo de 110 metros vallas Sergey Shubenkov, ni el campeón olímpico de altura Ivan Ukhov serán admitidos.

Pero una ventana quedó abierta para algunos atletas, a condición de que “prueben que han estado sometidos a vigilancia y a controles antidopaje creíbles, durante un periodo apropiado”, explicó el noruego Rune Andersen, que dirige la Task Force de la IAAF dedicada a Rusia.

Sólo los atletas rusos con residencia en el extranjero podrán satisfacer esta exigencia. Este criterio abriría la puerta a Yulia Stepanova, cuyo testimonio estuvo en el origen de las revelaciones sobre dopaje en el atletismo ruso.

La corredora de 800 metros, suspendida dos años por anomalías en el pasaporte biológico, podría intentar estar en Brasil, así como la saltadora de longitud Darya Klishina, establecida en Estados Unidos desde 2014.

La puerta está cerrada para todos aquellos atletas rusos que entrenan en su país, como Isinbayeva o Shubenkov, aunque la pertiguista anunció que iniciaría una batalla judicial.

En este contexto inédito el COI ha organizado una cumbre olímpica, que se celebrará el martes en Lausana. Esta reunión tiene como objetivo “coordinar y armonizar el enfoque con las federaciones internacionales, a las que corresponde la primera decisión sobre la elegibilidad de los atletas”.

‘Igualdad de condiciones’

El COI precisó el sábado que prestaría especial atención a la situación de los países en los que las organizaciones antidopaje nacionales fueron declaradas no conformes por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), refiriéndose a Rusia, aunque sin señalar directamente.

Alrededor del presidente del COI Thomas Bach, los 14 miembros de la comisión ejecutiva, entre ellos la marroquí Nawal El Moutawakel, campeona olímpica en 1984 de 400 metros vallas o el antiguo rey de la pértiga, el ucraniano Serguei Bubka, abordarán “la difícil decisión entre responsabilidad colectiva y justicia individual”, señaló el COI.

El organismo respaldó el sábado la sanción de la IAAF. “Apoyamos su posición estricta contra el dopaje, conforme a nuestra política de tolerancia cero”, señaló en un comunicado.

Concretamente el movimiento olímpico deberá precisar en qué condiciones estos atletas rusos ‘limpios’ pueden participar en los Juegos. ¿Desfilarán bajo la bandera olímpica como lo harán los diez miembros del primer equipo olímpico de refugiados y probablemente algunos deportistas de Kuwait? ¿O con una bandera indepediente, como los yugoslavos lo hicieron en 1992 cuando su país estaba sancionado por la ONU?

El COI, que a principios de junio había anunciado que iba a intensificar la lucha contra el dopaje antes de los Juegos, anunció que “tomaría medidas de gran amplitud pra asegurar una competición en igualdad de condiciones entre los atletas que estarán en Rio”.

Además del ‘gobierno’ del COI, los presidentes de las grandes federaciones olímpicas, entre ellos Sebastian Coe, presidente de la IAAF, estarán presentes.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, no acudirá. Será Lydia Nsekera, del comité ejecutivo de la FIFA y “encargada de los Juegos Olímpicos”, la que representará a la institución.

El presidente de la Federación Internacional de Natación (FINA), el uruguayo Julio Maglione, participará por videoconferencia desde las Islas Fiyi, donde se disputa el campeonato de Oceanía. Con AFP