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Las Farc se declaran ahora abanderadas de los derechos de las mujeres

Las niñas de las Farc
Las niñas de las Farc
–Sin establecer o aceptar todavía su responsabilidad en el reclutamiento a la fuerza de niñas, las violaciones y los abortos obligados, hechos por los cuales el Fiscal General de la Nación encargado, Jorge Fernando Perdomo aseguró tener todas las pruebas para enjuiciar a los cabecillas del grupo guerrillero, las Farc se declaran ahora abanderadas de los derechos de las mujeres.

Lo hacen en un comunicado expedido por los cabecillas del equipo negociador de La Habana, tras el acuerdo que suscribieron con el gobierno sobre enfoque de género.

A propósito de este hecho, el expresidente y senador Alvaro Uribe Vélez escribió en su cuenta en Twitter: «Gbno acuerda igualdad de género con Farc que es campeona en violación de niñas secuestradas y en abortos con amenaza».

En efecto, en el comunicado, los cabecillas de las Farc declaran que reivindican “a las mujeres empobrecidas y oprimidas por el sistema que las somete a múltiples formas de explotación y de humillación, ya sea en la fábrica, en la maquiladora, en el limosneo, en el prostíbulo, en sus correrías de desplazada o de migrante, como “mula” del narcotráfico, en su condición de blanca pobre, de india en la miseria, de negra en la marginalidad, o en su condición de discapacitada, o de trabajadora precarizada, o de lesbiana reprimida o estigmatizada por un ambiente machista y patriarcal, homófobo y lesbófobo, al que no en pocas veces hacen coro muchos hombres y también mujeres”.

Y agregan: “¡La mujer! Ah, ¡la mujer! …Nuestros antepasados la consideraban inferior al hombre. Nosotros la consideramos nuestra igual. Unos y otros estamos grandemente equivocados, porque la mujer nos es muy superior…”, reseña el escrito, en el cual, además, exponen “algunas ideas generales que podrían aportar a la construcción de una política de la igualdad de género y derechos para las mujeres en el mundo”.

Dicen que en la concepción de las Farc, “el sistema social al que se aspira, debe propiciar que todas las personas puedan contar con los mismos derechos políticos, civiles, culturales y de todo tipo, y con las mismas posibilidades para acceder al bienestar social y a los bienes comunes”.

También afirman: La participación en filas desde nuestra fundación, la plena igualdad de derechos para todas las combatientes, y la ruptura con históricos prejuicios del patriarcado, son la base de este acumulado labrado por las insurgentes farianas, ahora enriquecido en el amplio intercambio con las experiencias de lucha y resistencia de las mujeres del pueblo colombiano y del orbe entero. Es este caudal de feminismos rebeldes y sentidas reivindicaciones de las mujeres doblemente oprimidas, el que quiere acompañar y hacerse partícipe el nuevo movimiento político nacido de la paz.

Según las Farc, «la paz de Colombia debe tener rostro de mujer. Los acuerdos construidos en la Mesa, y el aporte invaluable de la Comisión de Género tiene ese propósito. En todos y cada uno de los puntos están presentes las reivindicaciones de las mujeres colombianas frente a la reforma rural integral, la participación política, la solución al problema de drogas ilícitas, la reparación a las víctimas, y el fin del conflicto.

Además también reivindican los derechos de la población LGTBI, «procurando encontrar el ensamble de la igualdad de género con los problemas que se derivan de exclusiones por motivos de clase, raza, o sexualidad, superando aquel feminismo atado a la sola identidad con el concepto “mujer”.

Y finalmente señalan que las Farc “asumen como principio, entonces, el reconocimiento de la igualdad de género y en especial la reivindicación de los derechos de la mujer, imponiéndose el compromiso de luchar por su materialización en el seno de la sociedad y de nuestra misma organización a plenitud. Porque el homenajear a la mujer cada día, deberemos hacerlo profundizando en el conocimiento, reconocimiento y difusión de su papel, afianzando la premisa de que es el desenvolvimiento de sus facultades y derechos a plenitud, lo que define a la humanidad en su verdadero rango; y que es el nivel de emancipación de la mujer lo que nos habla del grado de civilización de un pueblo y el nivel de cualificación de nuestras convicciones”.