por Mauricio Botero Caicedo
Daniel Ortega, el Regente de Nicaragua (desde la semana pasada el Regente Absoluto) es un mal sujeto: corrupto, autoritario, traicionero. Acompañado de su mujer, Rosario Murillo, y apoyado por sus múltiples hijos, yernos, y nueras, el sinvergüenza de Ortega controla hasta el último hilo del poder de Nicaragua. Como será de mal sujeto Daniel Ortega que hace varios lustros fue acusado por su propia hijastra de haberla violado.

La madre de la niña, Rosario Murillo, una bruja pestilente, para encubrir el aberrante crimen sexual de su esposo declaró en un Juzgado que su propia hija estaba loca. Estos, amables lectores, son los actuales amos y señores de Nicaragua.

La semana pasado ocurrió algo nunca imaginado en lo que supuestamente es una democracia: El Tribunal Electoral de Nicaragua, un cuerpo cuya pusilanimidad y cobardía no tiene parangones en la historia moderna, le entregó – al despojar de sus escaños a todos los diputados de la oposición – la totalidad del poder a Daniel Ortega. En otras palabras, Ortega, no contento con tener 62 de los 91 diputados, decidió que quería tener a su favor es la totalidad de los diputados. Hoy Ortega y sus familiares controlan todas la ramas del poder: la Corte Suprema; los juzgados; los tribunales de cuentas, las alcaldías, la policía y el ejercito.

¿Qué le falta a Daniel Ortega para endiosarse en Nicaragua y confirmar de una vez por todas que este hermoso país en una ‘República Bananera’? Que sea su familia, aun después de su muerte, la que siga detentando el poder. Ortega ya tiene claro que su sucesora va a ser su mujer, Rosario Murillo, y está preparando a sus hijos y a sus yernos para el futuro. Lo que uno se pregunta es ¿si en Nicaragua no hay una sola vos que se pare indignada contra las tropelías de este dictadorzuelo de tercera?

Ortega, en compañía de Correa, Maduro y Evo Morales han convertido la democracia continental en una farsa, en una opera bufa. Es indignante que sigamos manteniendo relaciones con este sinvergüenza y que Nicaragua siga formando parte de la Organización de Estados Americanos.