América Latina deberá centrarse en proteger sus bosques dentro de su estrategia de adaptación y mitigación frente al cambio climático en esta nueva fase tras la entrada en vigor del Acuerdo de París, según la FAO.
El economista de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Andrea Cattaneo, señaló hoy que los países latinoamericanos tienen el reto de analizar qué medidas han adoptado hasta ahora frente al cambio climático y poner en marcha sus planes para combatirlo.
Se trata de una recomendación a nivel general que en el caso de América Latina cobra especial importancia en el sector forestal, ya que “su mayor potencial de mitigación está en reducir la deforestación“.
Una situación delicada afrontan los bosques tropicales de la región que, según un reciente informe de la FAO, se verán más afectados por los cambios en la disponibilidad de agua y la fertilización con dióxido de carbono que por los cambios de temperatura.
En la Amazonía, por ejemplo, se prevé un aumento del riesgo de incendios, la pérdida de masa forestal y la “sabanización” del paisaje, mientras que en América Central el 40 % de las especies de manglares está en peligro de extinción.
Los gobiernos deberán tomar decisiones difíciles y fomentar acciones que quizás perjudiquen a ciertos sectores productivos, si bien los programas internacionales y las compensaciones económicas pueden ayudarles en la transformación, sostuvo Cattaneo.
“Hay algunas áreas en las que la mitigación y la adaptación al clima pueden ir de la mano“, apuntó el especialista, que matizó que todos los sectores deberán reducir sus emisiones de gases contaminantes, incluida la agricultura a pesar de lo complicado que le resultará hacerlo mientras crece la demanda de alimentos.
Entre las claves para garantizar esa transición, Cattaneo insistió en la necesidad de entender mejor las dificultades de los países, cómo invertir los recursos adicionales y adoptar prácticas de otros lugares que realmente sirvan a los agricultores locales.
La cumbre del clima que se celebra actualmente en la ciudad marroquí de Marrakech pretende explorar los mecanismos de transferencia de tecnologías, capacidades y fondos de los países ricos a los pobres.
Un total de 102 países han ratificado por el momento el Acuerdo de París de cambio climático, que entró en vigor el pasado viernes con el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes y bajar así el calentamiento global de la atmósfera por debajo de dos grados centígrados antes de final de siglo.
“Los países que más se beneficiarán de la financiación del clima serán aquellos más vulnerables y que requieren una mayor transformación rural”, destacó el experto de la FAO, quien vinculó el desarrollo rural con una mayor resiliencia ante el cambio climático.
En América Latina las diferencias de adaptación son marcadas entre países más vulnerables como Honduras o Guatemala y otros como Chile, aunque estos últimos también sufrirán problemas como la desertificación o la salinización en ciertas áreas.
Según las predicciones científicas, la disminución de las precipitaciones, la mayor sequedad de los suelos y el estrés térmico reducirán la productividad de las regiones tropicales y subtropicales, mientras que en las zonas templadas aumentarán los rendimientos de la soja, el trigo y los pastos.
Además, la pesca y la acuicultura del Caribe se verán perjudicadas por la mayor frecuencia de tormentas, huracanes y ciclones, se hundirán los sistemas de arrecifes de coral y algunas de las especies de peces tropicales se trasladarán hacia el sur, entre otros efectos citados por la FAO. Con EFE