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El cuerpo de las mujeres en el conflicto armado

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Expertas analizan los efectos de la guerra en la sexualidad femenina y en la subjetividad masculina para propiciar una cultura de paz. El conversatorio es el 30 de noviembre.

El conflicto armado en Colombia se ha prolongado por más de 50 años, involucrando múltiples actores armados que inevitablemente han propiciado diferentes formas de agresión contra la población civil.

En este contexto, la apropiación de los cuerpos de las mujeres concita modos de violencia que, si bien han estado presentes en nuestras culturas, se exacerban en la guerra. Y también se perpetúan modos de virilidad guerreristas incluso en la misma cotidianidad. No obstante, se avizoran tiempos de paz para los colombianos ante un eventual posconflicto.

“Esto invita a debatir las maneras en que mujeres y hombres viven la conflagración interna, pero también a revisar formas de la masculinidad y la feminidad que la han resistido y que persisten en la configuración de tejidos sociales más proclives a la paz”. Manuel Roberto Escobar, docente-investigador del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (IESCO).

Es precisamente esa “urgencia de repensarnos desde lo más íntimo de nuestras identidades” lo que motivó al Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos IESCO de la Universidad Central y a la Fundación Oriéntame a realizar el conversatorio El cuerpo de las mujeres en el conflicto armado colombiano, este 30 de noviembre en el Teatro Bogotá, y también el mapping Masculinidades afirmativas para la paz.

El encuentro se desarrollará en el marco del cierre de dos proyectos, uno de investigación-creación: “Machos en Bogotá: Masculinidades afirmativas por la paz” y otro de intervención: “Territorio de derechos: salud sexual y reproductiva a mujeres en desplazamiento”, realizados respectivamente por la Universidad Central y la Fundación Oriéntame.

Primero, expertas debatirán sobre los efectos del conflicto armado en la autonomía de la corporalidad femenina, en términos de la vulneración a la sexualidad de las mujeres y las violencias infringidas a ellas. Después, al llegar la noche el público saldrá a la calle para ver un audiovisual tipo mapping que busca movilizar las sensibilidades en torno a cómo los hombres nos hacemos partícipes de la guerra, y a las apuestas que desde nuestros propios cuerpos nos incitan a propiciar culturas de paz.