Tema del Día

Marcha de las mujeres se convierte en un gran movimiento de resistencia frente a Trump

–«Realmente estamos tratando de establecer un tono de la resistencia para los próximos años», proclamó Lacy MacAuley una acitivista de la marcha de las mujeres en Washington, para quien «Donald Trump representa un cambio en nuestra política en una dirección peligrosa, nociva, excluyente. Nos oponemos a las políticas de odio».

«Ya hemos demostrado que los partidarios de Hillary (Clinton) y de Bernie Sanders pueden trabajar juntos contra el fascismo, la xenofobia y el racismo», dijo a CNN Linda Sarsour, una activista musulmano-estadounidense palestina de Brooklyn.

Las participantes en las movilizaciones expresaron su preocupación por la agenda de Trump, sus comentarios anteriores que parecían degradar a las mujeres y las acusaciones contra él de mala conducta sexual, que el presidente ha negado.

Lo cierto es que más de dos millones de ellas marcharon este sábado en la capital estadounidense y en centenares de ciudades en todo EEUU para protestar contra las políticas del presidente Donald Trump.

La “marcha nacional de mujeres” incluyó 617 marchas y protestas en todo EEUU. Se convirtió en una movilización mundial cuando decenas de miles de mujeres en unos 60 países, como México, Inglaterra, Francia y Australia, se sumaron en señal de solidaridad.

Mujeres y hombres marcharon en ciudades de todo el mundo – incluyendo Sydney, Hong Kong, Londres, Berlín y París. Hasta en Bogotá, la capital colombiana.

Marcha en Bogotá

La mayor movilización en la jornada se produjo en Washington.

Registro de las marchas en Twitter

Las organizadoras afirmaron que unos 2,5 millones de personas se registraron como participantes en más de 600 “marchas de mujeres” en el extranjero, de Londres a Sydney o París, pasando por Buenos Aires.

En Washington, miles de manifestantes vistieron gorros de lana rosa con dos orejas de gato, tejidos a mano, que se convirtieron en símbolo del desafío al nuevo gobierno.

Es un juego de palabras: en inglés fueron bautizados “pussy hats”, ya que “pussycat” es ‘gatito’ y “pussy” es “coño”, con un tono peyorativo. La palabra recuerda directamente a un audio de 2005 en el cual Trump aseguró que podía agarrar a las mujeres “por el coño”, reseñó la agencia AFP.

En la capital estadounidense llamó la atención el contraste: el ambiente de la marcha de este sábado no se parecía al de la toma de posesión del viernes. A pesar de la frustración–precisó Univisión– la atmósfera era de solidaridad, alegría y resistencia. En el Inauguration Day, en cambio, se sentía tensión entre quienes celebraban al nuevo presidente y quienes se oponen a sus opiniones y promesas. Las manifestaciones y disturbios estuvieron llenos de rabia y violencia.

«Representamos el voto popular», cantaban los asistentes a la marcha en DC, haciendo referencia a los 2,864,974 de votos de ventaja que obtuvo la candidata demócrata Hillary Clinton en la elección presidencial del pasado mes de noviembre que ganó Trump con votos electorales. Las pancartas mostraban mensajes como: «Queremos puentes no muros», «Mi cuerpo, mi elección», «Sonríe a tus hermanos y hermanas», «Derechos igualitarios para todos», «La ciencia pesa más que las opiniones».

La manifestación fue concebida y organizada por mujeres que aseguran que no permanecerán en silencio ante las políticas restrictivas de Trump, pero terminó convirtiéndose en algo mucho mayor. En una protesta pacífica que agrupaba reclamos y demandas diversas: la defensa de los derechos de los inmigrantes, los trabajadores, los discapacitados, la comunidad LGBT y demás minorías que se sienten vulnerables ante la nueva administración. Hombres, niños, personas de todas las edades, incluso en silla de ruedas, dijeron presente.

El reporte de Univisión destaca que desde la tarima se escucharon poderosas historias como la de Amanda Nguyen, sobreviviente de una violación, o el testimonio de Sophie Cruz, la niña de padres indocumentados que habló en inglés y español y le sacó lágrimas a quienes la escuchaban. La actriz Ashley Judd ofreció un poderoso discurso definiéndose como una “Nasty Woman”, mientras que Scarlett Johanson habló de su primera visita a Planned Parenthood, la red de clínicas femeninas que ofrece servicios de salud reproductiva —chequeos anuales, anticonceptivos, mamografías y abortos seguros— a millones de mujeres en Estados Unidos, en particular a aquellas de bajos recursos.

También hubo manifestaciones multitudinarias en Chicago, Atlanta, Miami, Phoenix, así como otras ciudades del mundo: Ciudad de México, París, Londres, Roma, Berlín. A propósito de esa última ciudad, la activista y escritora feminista Gloria Steinem dijo desde la tarima que las mujeres que marchaban en la capital alemana le enviaban un mensaje a los manifestantes en Washington: “Nosotros sabemos que los muros no funcionan”, haciendo referencia al muro que quiere construir Trump en la frontera sur.