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Desastre de Mocoa puede repetirse en otras ciudades y municipios del territorio colombiano: U.N.

Foto de FMM

–La catástrofe ocurrida en la noche del pasado 31 de marzo en el municipio de Mocoa por la creciente de los ríos Mocoa, Mulato y Sangoyaco, pudo evitarse. Ocurrió porque se descuidó el tema ambiental, el Plan Básico de Ordenamiento Territorial estaba sin actualizar, tras 15 años de vigencia y no se tomaron oportunamente medidas de prevención.

A estas conclusiones llegaron catedráticos del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, quienes advirtieron que el desastre de la capital del Putumayo puede repetirse en otros municipios y ciudades del país.

El Director del IEU, Carlos Alberto Patiño Villa, aseguró que los lamentables hechos fueron consecuencia de la falta de planificación urbana y del ordenamiento del suelo. Las medidas de prevención no fueron claramente tomadas y, además, tras la tragedia, «la respuesta del Estado ha sido absolutamente lenta”.

“En general el país no ha crecido con ordenamientos territoriales, se ha dado urbanismo espontaneo de ocupación del suelo y del territorio y en el caso de Mocoa la gente se acostumbró a vivir al lado del río; el Estado debía advertir el riesgo y tomar las medidas necesarias” expresó el profesor Patiño Villa.

A su turno, el profesor Fabio Zambrano Pantoja recordó: “En el caso de Mocoa el PBOT (Plan Básico de Ordenamiento Territorial) estaba sin actualizar, lleva quince años y no tiene ningún efecto en las autoridades de planeación municipal para que haya una intervención en la urbanización irregular cerca de los ríos”.

En opinión de la profesora Juanita Montoya Galvis, se desconoce la importancia del POT, el cual tiene como uno de sus requisitos principales identificar las áreas de riesgo para determinar los usos de los municipios.

No obstante, la profesora advortió que “aunque es claro que cada municipio tiene potestad para definir que sitios se pueden emplear como vivienda o habitar, una cosa es lo que dice el POT, otra lo que dice la Ley 388 de 1997 y otra es realmente lo que pasa, y es que los municipios están crecido al borde de los ríos”.

De acuerdo con lo anterior, se debe tener conciencia del crecimiento de la urbanización y de los lugares en donde se está dando.

“Si nosotros vamos a urbanizar, tenemos que ser conscientes también de cómo la urbanización transforma la naturaleza y cuáles son los efectos que esa transformación tiene y ser lo suficientemente inteligentes y sensibles para saber en qué punto se puede o no urbanizar” afirmó el profesor Fernando Viviescas Monsalve.

“En todo caso, el Plan o los Planes que debe tener una ciudad de ya casi 45.000 habitantes, Capital de un Departamento, en pleno Siglo XXI ha tenido que tener identificadas las circunstancias en las cuales se da el ordenamiento de estas quebradas y ríos que fueron las causantes de la tragedia”, afirmó el docente.

La profesora Diana Gómez Díaz preguntó, ¿Qué tanta planificación urbana había en el municipio?, ¿Qué tantas viviendas estaban ubicadas en lugares de riesgo?.

Para la docente Adriana Parias Duran esto es “el reflejo de una situación general en el país, un problema estructural del acceso a la vivienda por parte de la población, ya que la forma más tradicional de acceder a ella ha sido en zonas de riesgo” y en este caso “los barrios que desaparecieron no cumplían con las normas mininas de estabilidad” por lo cual, “faltó una política de vivienda y de políticas locales más eficientes y eficaces” afirma la experta.

Para el profesor Zambrano “las autoridades ambientales no tienen instrumentos de intervención y las autoridades de planeación urbana no sirven ni tienen efectos legales para impedir la urbanización”.

Su colega Fernando Montenegro Lizarralde considera que en Mocoa nunca se adoptaron medidas preventivas, no obstante el peligro que representaba el paso de varios cauces por el centro de la ciudad. «El proceso de urbanización no se ha controlado y no se han subsanado los problemas de localización de la población que ya existía en estas áreas de riesgo”, indicó.

Respecto a las causas secundarias, el Profesor Zambrano señaló como razones atribuibles a los hechos la deforestación y la construcción de una nueva vía que comunica a Pasto con Mocoa y pasa por la reserva forestal de la cuenta del río Mocoa, pues en su opinión “esta construcción por alianza público privada, muestra como las decisiones sobre las vías no tienen en cuenta las decisiones ambientales”.

Y agregó: “No se puede decir que esto es un desastre natural, no es un desastre natural sino un desastre humano y deben haber responsables, en cabeza de las Alcaldías de Mocoa que han permitido la urbanización en la cuentas de estos ríos”, afirmó.

La Profesora Edna Bonilla Sebá dijo que el desastre sucedió debido a que “en Colombia seguimos despreciando los temas ambientales y de planeación”, un problema de gobierno y de política pública por cuanto “se siguen favoreciendo otro tipo de intereses como los económicos y políticos de corto plazo”.

De otro lado, sobre recientes noticias en diferentes medios de comunicación que endilgan responsabilidad a las Farc, el profesor Zambrano dijo que el tema de los cultivos ilícitos es infundado.

“No hay prueba de que en la cuenca del río Mocoa y en la reserva forestal del mismo, que es de más de 30.000 hectáreas hayan cultivos ilícitos”. Así mismo desmintió el hecho de que la tragedia se debiera a la mala reubicación de las basuras.

Es una tragedia que se pudo haber evitado puesto que la emergencia ya estaba identificada. “Es un asunto bastante complejo, pero indiscutiblemente hoy en día existen herramientas para detectar alertas tempranas y poder avisar a la comunidad y realizar un seguimiento a las fuentes de agua, saber cuáles son sus caudales, poder tener un poco más de control del territorio”, expresó la profesora Montoya.

El Profesor Viviescas, dijo que “han debido identificarse este tipo de cuestiones, porque éstas no son cuestiones simplemente de la naturaleza, esto no es tan sorpresivo, en este momento es perfectamente factible conocer las crecientes con cierta periodicidad de todas las fuentes hídricas, especialmente cuando se está en un centro donde se cuentan con los recursos como en una capital de Departamento” aseguró.

El profesor Cetré se preguntó: “¿cuántas situaciones más pueden venir? y subrayó: «No hay que esperar que ocurra la tragedia para implementar políticas correctivas para mitigar impactos de esa magnitud”.

El Profesor Zambrano dijo que “al igual que Mocoa hay varios municipios que están en una situación similar y tampoco se ha hecho nada, por parte de las autoridades ambientales y por otro lado el ordenamiento territorial del municipio”.

“En Colombia, en general el problema se presenta en varias ciudades, ya sea por falta de recursos, falta de cultura, por falta de gobernabilidad e inclusive por una ausencia de una mirada técnica más atenta a lo que está pasando”, puntualizó el profesor Montenegro.

Finalmente, el Profesor Jorge Iván González expresó: “No aprendemos, es claro que en el país seguimos con unas brechas enormes entre las ciudades, en donde departamentos como el Putumayo se han descuidado y el tema ambiental termina manifestándose en este tipo de catástrofes. Es importante que reflexionemos y estemos mucho más prevenidos y atentos”.

(Con información de la agencia de noticias UN, Observatorio de Gobierno Urbano. Creadores: Daniela García, Angélica Cupajita y Milton Medina).