En horas de la madrugada, los uniformados detienen el vehículo, solicitan a los dos ocupantes que viajaban en la cabina una inspección antes de ingresar al puerto, allí la revisión tarda varios minutos, el tracto camión solo llevaba un tráiler tipo planchón que a simple vista no dejaba ver nada irregular; con linternas entonces se verifican los compartimientos de la estructura del tráiler, el perro antidrogas se inquieta temeroso porque muy cerca a la base que sostiene las llantas de repuesto, alertaba la presencia de extraños ruidos.
Las unidades de Policía deciden retiran las llantas y se sorprenden cuando escuchan a unas persona respirando con dificultad, estas, estaban ocultas en una caleta adecuada en el tráiler de carga.
Retirando una tabla sujeta por dos tornillos, se accede hasta este compartimiento, de allí descienden dos personas de contextura delgada, estaban escondidas para cuando el vehículo ingresara al puerto, iniciar el descargue del alijo para llevarlo hasta un lugar donde la mercancía a exportar ya ha sido revisada.
Es de anotar que al terminal marítimo solo ingresa el conductor y el ayudante que hace las veces de estibador o desvarillador de los planchones de carga.
La inspección continuó, hasta retirar las tablas que conforman la estructura de la base del planchón, encontrando 604 kilos de clorhidrato de cocaína en paquetes envueltos en plástico negro, esta envoltura protege la sustancia de la humedad.
El conductor, junto a su ayudante y los dos polizones que custodiaban la droga, fueron puestos a disposición de las autoridades con el vehículo y el alijo.
El General José Ángel Mendoza Guzmán director de la Policía Antinarcóticos, afirmó que la droga sería enviada a Europa en los buques cargueros atracados en el puerto, así mismo envió un mensaje a la comunidad para que denuncien a la Línea 167 todas las actividades ligadas al narcotráfico en la región
