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Seis ciudades colombianas listas para asumir reto del cambio climático

La Financiera de Desarrollo – Findeter presentó este miércoles en el Auditorio Lleras de la Universidad de Los Andes, el libro “Planeando Ciudades Sostenibles”, una herramienta para la planificación de los territorios a largo plazo.

El libro es de gran importancia para la comunidad académica, las administraciones locales, Ministerios, DNP y sociedad en general, ya que brinda elementos necesarios para la planificación de los territorios a largo plazo.

El documento se desarrolló con base en los estudios de gases efecto invernadero, vulnerabilidad y riesgo, y crecimiento urbano, elaborados en el marco del programa Ciudades Sostenibles y Competitivas que lidera Findeter con el acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Este trabajo brinda mecanismos para un uso adecuado del territorio y una gestión apropiada de los recursos ambientales y la infraestructura, para garantizar un crecimiento ordenado y sostenible para las generaciones actuales y futuras”, dijo el Presidente de Findeter, Luis Fernando Arboleda, al destacar la participación de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes en la presentación de este informe al país.

Las ciudades estudiadas son Barranquilla, Montería, Pasto, Valledupar, Villavicencio y Santa Marta. Además, se hace una comparación con más de 30 ciudades de América Latina y el Caribe.

El documento, el primero de este tipo que se desarrolla en el país, es de gran importancia teniendo en cuenta que Colombia es considerada como uno de los países más urbanizados de la región con 63 ciudades intermedias, es decir entre 100 mil y 2 millones de habitantes.

En el libro se puede encontrar valiosa información como por ejemplo, que Valledupar se destaca como una ciudad que ha crecido de manera compacta, mientras que ciudades como Villavicencio y Pasto, tienen una gran dispersión en su territorio llegando a tener casi dos tercios como suelo difuso y donde se suele alojar solo un 14% de la población.

Las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) en las ciudades colombianas estudiadas varía entre un mínimo en Pasto con 0.8 toneladas de CO2e y un máximo en Villavicencio con 3,7 toneladas de CO2e.

Sobre Barranquilla podemos encontrar que abordar los problemas de contaminación del aire y de cambio climático, conllevaría a una disminución del 20% en las emisiones de CO2.

También que crecer de manera sostenible le significaría a la ciudad un ahorro aproximado de US$450 millones en vías y redes de acueducto y alcantarillado.

Sobre Valledupar, los estudios señalan que es un importante receptor de población desplazada, lo que ha impulsado el desarrollo de asentamientos informarles a lo largo de los años y por ello, para el 2050 se pronostica un crecimiento explosivo de Valledupar, en el que la huella urbana aumentaría un 106%.

En Santa Marta hay hallazgos como que la ciudad no cuenta con espacios adecuados para peatones y ciclistas y tampoco con aceras arborizadas. Además, los proyectos de vivienda de interés social (VIS) y de interés prioritario (VIP), son asentamientos aislados y distantes que no están integrados adecuadamente.

En Montería, el documento señala que de las intervenciones propuestas en la ciudad para reducir los GEI, la que muestra una recuperación de la inversión en el corto o mediano plazo y que sus costos de operación y mantenimiento son más bajos, es la referente al reciclaje de cartón y papel en el relleno de Loma Grande.

Otro dato importante es que el crecimiento de la capital de Córdoba sin cambios en políticas y regulaciones implica un costo de infraestructura al 2030 de $1.246 billones, mientras que con la aplicación correcta de las mismas tendría un costo de $771 mil millones.

En Pasto, los sectores de movilidad y residuos son los que pueden reducir la mayor parte de los gases con descensos superiores a las 400 mil toneladas de CO2e. Además, el crecimiento de la ciudad de manera óptima tiene un costo al 2050 en infraestructura cercano a la US$150 millones.

Finalmente en Villavicencio, la población se encuentra más amenazada por la remoción en masa (deslizamientos) que por inundaciones. De acuerdo con los estudios, las perdidas esperadas pueden llegar a los US$113 millones y las personas afectadas ascender a las 18 mil.