A través de un comunicado, la guerrilla del ELN aseguró que la masacre en Tumaco, que dejó seis muertos y más de 30 heridos, es un agravante que afecta el posible cese al fuego con el Gobierno.
El grupo guerrillero pidieron que el Mecanismo de Veeduría y Verificación (conformado por la ONU, la Iglesia Católica y ambas partes) actúe en esta situación.
“Esta tragedia continúa demostrando como las armas del Estado, siguen colocándose al servicio de las políticas del Estado y las clases dominantes”, afirmó el ELN.
De acuerdo con el ELN, la masacre “es una contradicción a los propósitos de paz” y que mientras se siga “empleando la violencia para perpetuarse en el poder, no será posible avanzar hacia una nueva realidad en el país y por tanto hacia la solución política”.
En la cuenta de Twitter del grupo guerrillero se publicaron una serie de trinos haciendo referencia a lo sucedido en Tumaco, el pasado 5 de octubre.
“No habrá paz en Colombia si la sociedad sigue impávida, y no se indigna y se moviliza con fuerza para transformar el país (…) De seguir así, la oligarquía genocida, matará a todos los que pidamos transformaciones, y los que queden vivos serán esclavos”, indicó el ELN.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo señaló a la Policía Antinarcóticos como posible responsable en el ataque a los campesinos que protestaban contra la erradicación forzosa de cultivos de uso ilícito en Tumaco, Nariño.
De igual forma, la entidad desmintió la versión oficial de las autoridades, en la que señalan que los disparos se presentaron luego de que un grupo armado ilegal lanzara explosivos contra la Policía y el Ejército.