Opinión

Se delicó el Virrey

Por: Mauricio Botero Caicedo
Por segunda vez en lo corrido del año el Virrey español, Enrique Santiago, se delica. Hace unos meses, de compleja calificó en BLU Radio Santiago, la situación tras la decisión de la Corte Constitucional que tumbó las reglas del fast track. Santiago señaló que «sería grave si el Congreso introduce modificaciones de fondo a lo acordado».
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“Estamos ante una situación compleja. Lo que entiendo es que la Corte Constitucional ha obviado que no estamos ante un trámite de implementación legislativa normal, sino un trámite especial referido a una determinada figura normativa, en este caso a un tratado de paz”, dijo. Santiago agregó que no es serio lo sucedido en Colombia.

Hace unos días Enrique Santiago se volvió a delicar cuando dijo en diálogo con Blu Radio que el fallo de la Corte Constitucional elimina los mecanismos que garantizan la autonomía plena de la Jurisdicción Especial para la Paz. Dijo que es sumamente preocupante que se excluyan de la JEP a los civiles y terceros. Fallo quita autonomía a la JEP y eso no fue lo que se acordó: Enrique Santiago. «En primer lugar se eliminan los mecanismos que garantizaban la plena autonomía de la JEP, el mecanismo de resolución de competencias y el mecanismo propio disciplinario respecto a los jueces de la JEP y eso no era lo que se acordó», dijo. Dijo que es sumamente preocupante que se excluyan de la JEP a los civiles y los terceros que: «no solamente han tenido relación directa con hechos del conflicto sino además vienen disfrutando de la impunidad».

Para que este abogado comunista, a sueldo del Reino de Noruega, se delique, algo tiene que estar haciendo bien la Corte. Por que Santiago lo que busca es debilitar las Instituciones y la democracia para allanarle el camino al poder de las Farc. Y parte de la estrategia es ver cómo mete a la cárcel a todos los que de alguna manera se pusieron en el camino de los criminales designios de las Farc. La Corte, lo que ha dicho, es que los civiles solo pueden acudir de forma voluntaria ante la JEP. Lo que Santiago y las Frac pretendían es arrastrarlos esposados a recibir condenas ya cocinadas.