El pronunciamiento fue de la Corte Constitucional acerca del derecho a la intimidad y las conversaciones de Whatsapp. Todo por la demanda de un trabajador sindical que fue sancionado en la empresa donde labora, por lo que interpuso una tutela considerando que se le vulneraron varios de sus derechos.

Entre lo que reclamó el trabajador que se había violado, están sus derechos a la libertad de conciencia, al debido proceso, a la intimidad personal, la libertad sindical y la libertad de expresar y difundir pensamientos y opiniones.

Las pruebas en su contra serían unos audios que fueron enviados a un grupo de WhatsApp denominado “Distribuciones Cúcuta”.

Según el trabajador, “WhatsApp es un medio privado e inviolable que sólo puede ser interceptado o registrado mediante una orden judicial, de acuerdo con los artículos 15 de la Constitución y 197 y 199 del Código Penal y, por otra, en la Ley 527 de 1999”.

Pero la Corte Constitucional no le dio la razón al trabajador, señalando que, “El alcance y protección del derecho a la intimidad respecto de la información y las expresiones que circulan en sistemas de mensajería instantánea como WhatsApp no puede definirse con absoluta exactitud”.

Y dijo que a estas plataformas se les debe aplicar la ‘expectativa de privacidad’, concepto que ayuda a definir si para conversaciones específicas se puede reclamar el derecho a la intimidad. Es decir, si “pueden ser conocidas o interferidas por otros”.

La Corte dijo que la expectativa de privacidad aumenta cuando: “por ejemplo los miembros del chat son familiares cercanos, el grado de protección de la intimidad tiende a incrementarse (por ejemplo, un chat compuesto exclusivamente por padres e hijos o por la pareja) al paso que si los vínculos no son tan estrechos, la intensidad de la expectativa de privacidad podría atenuarse. A su vez, cuando se trata de chats con numerosos participantes sin vínculos de amistad, el control a la divulgación se limita”.