Nacional

Cerca del 70% de pacientes oncohematológicos recibe tarde su diagnóstico

Radio Santa Fe CM

Pese a que el funcionamiento de los sistemas de salud y el abordaje de las enfermedades oncohematológicas varían según cada país de la región, los obstáculos que enfrentan sus pacientes son los mismos y estos repercuten en la calidad de la atención que se les brinda; así lo acaba de revelar un reciente estudio de la consultora KPMG, cuyos hallazgos advierten, por ejemplo, que en Latinoamérica hay menos de 1 hematólogo por cada 100 mil habitantes.

El informe, denominado “Mejorando el abordaje de las neoplasias hematológicas malignas en América Latina”, indagó la situación del manejo de estas condiciones en Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay, analizando las mejores prácticas que se dan en 10 centros de referencia en oncohematología, para proponer iniciativas que puedan ser replicadas por otras instituciones y contribuir con la construcción de un modelo de atención más eficiente. La Clínica Colombia Colsanitas (COI) y la Fundación Santa Fe de Bogotá fueron la cuota nacional en esta investigación.

De acuerdo con el reporte, las enfermedades oncohematológicas plantean múltiples desafíos a los sistemas de salud, algunos de estos tienen que ver con mejorar la detección oportuna, fortalecer los equipos multidisciplinarios y desarrollar una verdadera atención centrada en el paciente y su familia.

Otro de los principales problemas que enfrenta Latinoamérica tiene que ver con las limitaciones en el conocimiento de la patología y la falta de agudeza clínica en el primer nivel de atención de pacientes, que conducen a un diagnóstico y pronóstico tardíos.

“En algunos casos, hay tratamientos que requieren iniciarse con prioridad extrema. Entonces, la ventana de oportunidad es estrecha y la velocidad para realizar estudios específicos y obtener los resultados se vuelve un diferencial determinante para el pronóstico del paciente”, explica el doctor Alejandro Ospina, jefe del Departamento de Hematología de la Clínica Colsanitas.

El recorrido de los pacientes con este tipo de patologías agudas o crónicas comprende varias fases: hallazgo incidental y la toma de conciencia sobre la enfermedad, diagnóstico y pronóstico de la afección, tratamiento y manejo médico, trasplante de médula ósea (si corresponde), supervisión y seguimiento, remisión (definitiva o transitoria) y, eventualmente, cuidados paliativos.

“Quienes reciben quimioterapias prolongadas o quienes pueden tener indicación de trasplante de médula ósea, suelen requerir largas hospitalizaciones, con su sistema inmune afectado por el tratamiento, lo que los expone a infecciones severas, potencialmente mortales. Por esto, los centros de atención tienen que trabajar mucho en medidas de aislamiento protector. En esto, la especialización del personal de salud es crítica”, comenta el doctor Ospina.

Por otra parte, en algunos países, la aprobación regulatoria de nuevas terapias innovadoras es lenta y la fragmentación y falta de cobertura por parte de los sistemas públicos de atención se traducen en que los pacientes con frecuencia tienen un acceso limitado a los tratamientos más efectivos. En lo que respecta a cuidados paliativos, en gran parte de la región, el acceso a estos servicios es significativamente limitado y, cuando está disponible, rara vez se encuentra integrado de manera eficaz al sistema sanitario. Se calcula que el 30% de las personas carecen de cobertura de salud adecuada en Latinoamérica.

“Estos y otros son aspectos relevantes que condicionan la calidad de atención de las enfermedades oncohematológicas en el país. Si bien Colombia cuenta con suficientes centros de atención, no todos ofrecen una atención óptima para los pacientes, por lo que se hace necesario identificar las buenas prácticas de los centros de referencia, para transformarlas en una verdadera hoja de ruta que pueda permitir a otras instituciones repensar su servicio e implementar mejoras”, sostiene Yolima Méndez, presidente de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma, organización que participó en el diseño y la revisión de los resultados del reporte.

¿Qué es lo que ha transformado a estos centros en modelo o referencia para otros?

A continuación, se enumeran algunas de las buenas prácticas evidenciadas en los centros de referencia, desde diferentes áreas:

Diagnóstico: cuentan con equipamiento de avanzada propios para el diagnóstico molecular de las enfermedades, permitiendo agilizar la obtención de resultados.
Atención centrada en el paciente: tienen protocolos para humanizar la relación entre médicos y pacientes, cuidando la comunicación asertiva, así como el seguimiento al paciente posterior a su salida del centro.
Alojamiento: ofrecen o gestionan alojamiento para el paciente y/o su cuidador cuando vienen desde lejos y requieren ser internados por tiempos prolongados.
Enfermería: forman y capacitan a los equipos de enfermería propios y ajenos, para promover el abordaje integral, prestando atención al cuidado diferencial que necesita el paciente oncohematológico.
Infecciones: desarrollan protocolos para garantizar los niveles de asepsia necesarios para prevenir infecciones en pacientes inmunosuprimidos, agilizando las altas médicas para exponer menos al paciente a las bacterias multirresistentes potencialmente presentes en las instituciones de salud.
Equipos: propician el trabajo multidisciplinario con reuniones de equipo y herramientas digitales, que permiten acceder a toda la información para un mejor seguimiento de los pacientes.
Investigación: promueven la participación del centro en investigaciones clínicas para formar a los especialistas y favorecer más opciones terapéuticas al alcance de los pacientes.
“El próximo paso es compartir estos hallazgos con los distintos actores del sistema de salud para juntos encontrar caminos hacia la mejora de la atención de los pacientes. Tenemos que lograr una mejor articulación entre instituciones, centros de diagnóstico más ágiles, pagadores con toda la evidencia de los beneficios de los tratamientos, sociedades científicas que exijan a sus miembros actualizaciones en el conocimiento de los avances más recientes, entre muchos otros temas”, agrega la presidente de la Fundación.

Asimismo, Méndez señala que, además de compartir estos hallazgos, es clave promover y motivar el diálogo entre los centros de atención para permitir el intercambio de buenas prácticas, fomentando a su vez una mayor colaboración entre los hematólogos en un interés genuino por mejorar las condiciones de atención de los pacientes.

Caso de éxito de la Fundación Santa Fe de Bogotá

La creación del Grupo de Excelencia en Mieloma Múltiple es un caso inspirador en esta institución. Allí, formaron un grupo interdisciplinario altamente especializado centrado en el mieloma múltiple, con el objetivo de crear un Centro de Excelencia acreditado internacionalmente. Este centro está conformado por hematólogos, hemato-patólogos, radioterapia, medicina nuclear, patología, equipos de laboratorio, entre otros. Sus especialistas realizan reuniones semanales para analizar a todos los pacientes nuevos y los casos complejos.

Caso de éxito de la Clínica Colombia Colsanitas

Para hacer un buen seguimiento de los pacientes y estandarizar y optimizar tiempos y procesos, la institución desarrolló un programa de “ruta oncológica”, mediante el cual procura estandarizar y optimizar los procesos detrás de la vinculación con la atención y el seguimiento después del tratamiento, asegurando que los pacientes reciban atención lo antes posible y que, una vez dados de alta, no se pierdan del sistema.

Consensuaron resultados definidos que representan el éxito del programa: los pacientes tienen posibilidades de obtener un diagnóstico oportuno en tiempo récord, sin precedentes en el país y, así mismo, inicio de tratamiento de forma prioritaria lo cual se traduce en mejores resultados clínicos.

Acerca del estudio

La consultora KPMG revisó 100 publicaciones para identificar las buenas prácticas en oncohematología y se entrevistó con personal de los 10 centros de referencia seleccionados, incluyendo hematólogos, enfermeras, especialistas en cuidados paliativos e integradores, trabajadores sociales y equipos administrativos, quienes aportaron su punto de vista en áreas clave: desafíos involucrados en la atención, iniciativas de buenas prácticas para abordarlos, la creación de beneficios así como redes de tratamiento y un enfoque centrado en el paciente. El trabajo de campo tuvo lugar entre julio de 2017 y enero de 2018.

Luego, cotejaron los resultados del análisis con las instituciones y con las organizaciones de pacientes que brindaron orientación en diversos aspectos del abordaje médico. Los centros médicos y asociaciones de pacientes que participaron fueron:

Argentina – Centros: Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu) y Hospital Universitario Austral). ONG: Asociación Leucemia Mieloide de Argentina, ALMA.
Brasil – Centros: Américas Centro de Oncología Integrado, Instituto do Câncer do Estado de São Paulo. ONG: Associação Brasileira de Linfoma e Leucemia.
Colombia – Centros: Fundación Santa Fe de Bogotá y Clínica Colombia Colsanitas.
ONG: Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma.
México – Centros: Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, Hospital Ángeles Lomas e Instituto Nacional de Cancerología.
ONG: Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer.
Uruguay – Centro: Hospital Maciel.