Este sábado el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abandonó por primera vez la cárcel en la que se encuentra preso por delitos de corrupción desde abril del año pasado, fue autorizado por la Justicia para asistir al entierro de un nieto de 7 años que murió el viernes víctima de meningitis.
Da Silva abordó un helicóptero en las instalaciones de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, en las que purga su condena, para ser trasladado hasta el aeropuerto de Bacacheri, en donde abordará un avión de la gobernación de Paraná que lo trasladará a Sao Paulo.
Vistiendo un traje oscuro, sin corbata y de cabellos totalmente blancos, Lula da Silva fue trasladado en medio de un intenso dispositivo de seguridad, y escoltado de cerca por tres agentes de la Policía Federal.