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En pleno funeral cura acusó a joven que se había suicidado

Durante el funeral de Maison Hullibarger, quien se quitó la vida con 18 años de edad el 4 de diciembre de 2018, el reverendo, Don LaCuesta, pronunció una homilía en la parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmel, Michigan, que no se olvidará jamás.

La empatía del párroco brilló por su ausencia, y además de no cumplir con el deseo de la familia de la víctima de concentrar el sermón en los valores familiares, en el amor y la bondad al prójimo, así como en honrar la memoria de Hullibarger, prefirió enfocarlo en el suicidio del joven y en las consecuencias divinas del mismo.

Los padres, los cinco hermanos, ni el resto de su familia podían creer lo que estaba sucediendo, e incluso el padre del fallecido se acercó al cura para susurrarle al oído que por favor parara. No surtió efecto. El párroco prosiguió del mismo modo que lo hizo la agonía de los presentes. Fue tal la incomodidad creada por el orador que el propio padre del fallecido, Jeff Hullibarger, ha denunciado a LaCuesta, a la archidiócesis de Detroit y a la propia parroquia, tal y como informó CNN.

En la denuncia, los Hullibarger buscan una resolución compensatoria de daños por el “dolor y el sufrimiento sufrido”, así como castigar a los acusados y ayudar a prevenir que vuelvan a sucederse “conductas tan indignantes” en el futuro.

“Queríamos que el sermón fuera sobre familia. Queríamos que hablara de amarse unos a otros, en el hecho de que todos nos ayudemos a levantarnos y ser amables entre nosotros. Eso es lo que queríamos de la homilía”, afirmó Linda Hullibarger.

A pesar de que nunca compartieron con el sacerdote, ni con muchos de los asistentes las circunstancias que rodearon al fallecimiento del joven, el párroco se aventuró a hablar del suicidio y de cómo el cometerlo va en contra de los preceptos cristianos.

“Gente que asistió al funeral, incluidos los compañeros de clase de mi hijo, no tenían idea de cuál fue la causa de su muerte y se mostraron visiblemente afectados cuando se enteraron a través del sermón. El padre LaCuesta no paró de decir que el suicidio está condenado por la Iglesia, que es un crimen secular y de cómo va en contra de Dios y tiene consecuencias eternas”, agregaron los padres de Maison. “Tenemos cinco hijos más. Nadie podía creerlo. Observé al resto de la parroquia y todos tenían la misma mirada en sus caras”.

Después de que LaCuesta pronunciara la palabra suicidio varias veces, Jeff se acercó al párroco y le dijo: “padre, pare por favor”, unas palabras que no tuvieron ningún efecto en él.

“Continuó e hizo que el peor día de nuestras vidas fuera aún peor. Trató a nuestro hijo como un pecador”, agregó a CNN.

La familia recibió una carta de disculpa por parte de la archidiócesis, sin embargo, no alteró los planes de interponer la denuncia ya que lo que prevaleció en la memoria durante la despedida a su hijo fue una homilía “equivocada y dolorosa”.

“Dios puede perdonar incluso el que alguien acabe con su propia vida. De hecho, Dios nos aguarda con clemencia con los brazos abiertos siempre. Sí, gracias a su clemencia, Dios puede perdonar y curar lo que ha sido roto”, llegó a afirmar el párroco. “Porque somos cristianos, debemos decir lo que sabemos es la verdad, que el quitarse la vida va en contra de Dios. Nuestras vidas no son nuestras. No podemos hacer con ellas lo que queramos. Dios nos dio la vida con el fin de que la salvaguardemos ya que es un regalo que dura hasta que Dios decida”, prosiguió, pero sus palabras no quedaron ahí ya que también trató las consecuencias del suicidio.