Internacional

Johnson celebra victoria asegurando que se pone fin a amenaza de otro referéndum

–Tras la confirmación de la victoria de los «tories» en la elección parlamenteria, el líder conservador y primer ministro británico, Boris Johnson, dio una conferencia de prensa donde señaló que la mayóría absoluta obtenida termina con la idea de que en Reino Unido tenga lugar otro referéndum por el «brexit».

Gracias a la victoria en las urnas, Johnson logra también confirmar su mandato al frente del Gobierno, con la principal misión de concretar la salida de la Unión Europea (UE) el 31 de enero próximo.

«Es ahora la decisión irrefutable, indiscutible e irresistible del pueblo británico», lo que «pone fin a la miserable amenaza de que haya otro referéndum», tras el que dio la victoria a la salida de la UE el 23 de junio de 2016. Johnson también agradeció su apoyo a los británicos que tradicionalmente votaban laborista y que ahora le han cedido su apoyo, y aseguró que trabajará para cumplir sus promesas.

Ahora se espera que Johnson acuda a ver a la reina Isabel II, que como marca el protocolo, le pedirá oficialmente que forme Gobierno.

Tras confirmarse la victoria conservadora, la libra esterlina se disparó un 1,89 por ciento respecto al euro y un 2,32 por ciento frente al dólar estadounidense.

Con 648 de 650 escaños adjudicados, el Partido Conservador ganó 363 parlamentarios, frente a los 203 del Partido Laborista, que pierde 59, y 48 el independentista Partido Nacionalista Escocés.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió al Parlamento británico ratificar rápidamente el acuerdo para una retirada ordenada del Reino Unido de la Unión Europea tras la victoria electoral de Boris Johnson, a quien envió sus felicitaciones.

Michel aseguró que esto será «importante para velar por los intereses del mercado interior» y de cara a tener una «relación estrecha en el futuro» con Londres.

El Partido Conservador del Reino Unido, presidido por el primer ministro Boris Johnson, logró la mayoría de los votos en las elecciones y se lleva al menos 326 escaños de los 650 de la Cámara de los Comunes.

Estos comicios no han sido tanto de ‘tories’ contra laboristas, sino más bien de ‘leavers’ contra ‘remainers’ en la cuestión del Brexit. Ello no significa, sin embargo, que las votaciones de este jueves puedan considerarse puramente un nuevo plebiscito sobre el Brexit ni una repetición virtual del referéndum, ya que los distintos partidos ofrecen posturas diversas frente a la cuestión y el voto se reparte de manera más compleja.

Johnson buscaba lograr la salida del Reino Unido de la Unión Europea el próximo 31 de enero, mientras que el líder laborista, Jeremy Corbyn, proponía renegociar con la UE los términos del Brexit y repetir el referéndum.

Aunque la desconexión del Reino Unido de la UE es un tema central, determinante y completamente insoslayable en estas elecciones, hay otros asuntos sobre la mesa, a los que se ha prestado atención durante la campaña.

Uno de ellos es la defensa del NHS (National Health Service), el servicio nacional de salud del Reino Unido, en el marco de las negociaciones con otros países. En concreto, desde el Partido Laborista acusan a Boris Johnson de estar dispuesto a «vender» la sanidad pública a inversores extranjeros, en el contexto de una hipotética negociación con EE.UU. de cara al establecimiento de su política comercial exterior. Johnson, por su parte, niega rotundamente esta acusación y la atribuye a una supuesta maniobra dialéctica del líder laborista para escamotear la ambigüedad de su postura frente al Brexit.

El calentamiento global y la emergencia ecológica que conlleva también han marcado la campaña electoral británica. Mientras la mayoría de los partidos exhiben sus propuestas para combatirlo, los conservadores y el Partido del Brexit han rehuido el asunto.

Esta actitud evasiva quedó retratada en la ausencia de ambas formaciones en un debate sobre el cambio climático organizado por una televisión británica. Los atriles reservados a estos representantes en el plató de televisión fueron simbólicamente ocupados con sendas esculturas de hielo que se derretían a medida que transcurría el debate, en una significativa alegoría visual que remitía al derretimiento de los casquetes polares. (Información DW y RT).