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Llevan luz y agua al resguardo indígena de Motilones Barí de Ichirindacayra, en El Carmen, Norte de Santander

El Invías anunció 10 mil millones de pesos de ejecución inmediata en los 8 municipios del Catatumbo. Se trata de un convenio con la Agencia de Renovación del Territorio (ART), mediante el cual cada municipio recibirá en promedio $1.200 millones para vías terciarlas que conecten con los cascos urbanos.

Por su parte, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) indicó que este año gestionó la devolución de más de 25 mil hectáreas en todo el país y destacó la gestión con dos demandas que corresponden a los resguardos Catalaura y Motilón Bari, para recuperar 193.500 hectáreas.

Por Francisco Tulande, Consejería Presidencial para la Estabilización y la Consolidación

“Inchi Amboray PDET” (el pueblo Barí también es PDET). Con cánticos y letreros que expresaban alegría y gratitud, y rostros que emanaban calidez y buena energía, 90 indígenas motilones del resguardo Ichirindacayra, enclavado en el corazón del Catatumbo, recibieron este domingo, de manos del Gobierno del Presidente Iván Duque, la obra 600 de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, que les garantiza agua y luz, servicios básicos que habían esperado por años.

“La clave del éxito en la política de Paz con Legalidad es llegar con obras a las comunidades, por complejas y lejanas que sean. Es emocionante entregar esta obra aquí, porque va a cambiar la vida de la gente. Ellos insistieron en que los PDET les trajeran estos beneficios. Aquí estamos cumpliendo, con la emoción de servir a gente maravillosa”, expresó el Consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio Archila.

Con muestras de afecto y gratitud permanentes, los indígenas acompañaron a Archila en un bullicioso recorrido por las obras: construcción del sistema de abastecimiento de agua, captación en dos cuencas ubicadas a media hora a pie del resguardo, tanque de geomembrana, reservorio de agua con cerramiento, energía voltaica con 3 paneles solares, un generador y lavadero comunitario con base de ladrillo y placa de concreto.

La obra, financiada y diseñada por la Agencia para la Renovación del Territorio (ART), demandó una inversión de 278 millones de pesos. Sin embargo, la comunidad indígena la ejecutó con alto grado de dificultad, transportando materiales en mula en jornadas de 16 horas desde puntos lejanos. El trabajo ahorró casi 80 millones de pesos que ahora se invierten en adecuación de aulas en otras comunidades del vasto territorio.

Orgullosos de su tierra, de los días soleados, del aire puro y del entorno de una naturaleza luminosa, los indígenas mantienen su esencia ancestral, hablan en lengua barí-ara, viven de la caza y la pesca; los niños aprenden a pescar a los 5 años, y las niñas, desde los 6 años, aprenden de sus madres a tejer canastos de mimbre.

Archila entregó la obra con un sentido discurso en el que resaltó el esfuerzo del Gobierno en la estabilización de los territorios más golpeados por la violencia y la pobreza. Con sus atuendos tradicionales, arcos y flechas y con niños alegres que llevaban en sus manos los regalos de Navidad que les llevó el Ejército, el Consejero abrió la llave para que brotara el agua en los lavaderos adornados con globos blancos y azules y el logo del PDET.

Toto Abobaycana, uno de los líderes de la comunidad, dijo que todos estaban agradecidos porque, con el agua cerca, se beneficiarán las mujeres, los hombres que regresan de caza y especialmente los niños de la escuela indígena. “Nos prometieron y nos cumplieron. El PDET somos todos”, dijo en su lengua mientras entregaba una pequeña silla de obsequio al Consejero.

Hermes Abrabana, hijo del cacique de la comunidad, destacó que la bocatoma y los lavaderos eran el anhelo de la comunidad. A su lado, una indígena de amplia sonrisa le pidió ayuda al Consejero para que después de esta obra les mejoraran las casas, afectadas por la lluvia, “para que todos quedemos contentos”.