Si hiciéramos una comparación entre una persona y un automotor, el motor sería considerado el ‘corazón’ del vehículo. Por tal razón, hay que cuidarlo para evitar que falle. El Politécnico ICAFT, institución educativa especialista en transporte brinda algunas recomendaciones antes de salir de la cuarentena.
El confinamiento en Colombia no solamente fue para las personas sino también para los vehículos que por más de 70 días han permanecido estacionados en parqueaderos y garajes de conjuntos y casas, lo cual puede perjudicar el motor.
Es por tal razón que especialistas en transporte, como Óscar Sánchez, docente del Politécnico ICAFT, institución de educación superior especialista en transporte intermodal, señala que antes de poner a ‘rodar’ su vehículo por las calles de la ciudad, es necesario revisar los niveles de fluidos del automotor.
Así las cosas, el especialista recomienda consultar el manual del fabricante del vehículo en el que se especifican las condiciones, cuidado, funcionamiento y ubicación de cada uno de los espacios donde van los fluidos, el nivel indicado y el tipo de líquido a emplear.
De acuerdo con Oscar Sánchez, esta revisión se debe hacer con el motor frío para evitar incidentes. Les damos los principales tips que se recomiendan desde el Politécnico ICAFT para el buen retorno de su vehículo a la normalidad.
Aceite de motor: la función principal del aceite es proteger y lubricar el motor del automóvil, además de
reducir el desgaste causado entre las piezas internas del propulsor, razones suficientes para revisarlo antes de poner a andar cualquier tipo de vehículo. Si se revisa a tiempo, se puede evitar el rozamiento de piezas metálicas que a altas temperaturas causan el gripado del motor; en palabras sencillas, se genera el bloqueo de los componentes metálicos por sobrecalentamiento acabando con la vida útil del motor y por su puesto rompiendo el bolsillo de cualquiera.
Su revisión es muy sencilla. Con el motor frío localizar la varilla de medición del aceite, sacarla, limpiarla, volverla a introducir y extraerla nuevamente. Es en ese momento cuando se comprueba el nivel del aceite, el cual debe dejar un rastro ubicado entre dos puntos marcados con las letras L y H, (LOW bajo o HIGH alto) lo que significa que todo anda bien; pero si al revisar la varilla de medición el rastro del aceite está por debajo de la letra L o por encima de la H, es recomendable llevar el vehículo con un especialista y evitar futuras complicaciones. Siempre utilice el aceite con las características indicadas por el fabricante del vehículo.
Aceite hidráulico de la dirección: en el sector automotriz existen vehículos que cuentan con un sistema hidráulico en la dirección, los frenos y algunas suspensiones y transmisiones. La función principal de este tipo de aceite es transmitir la energía hidráulica generada dentro del motor al resto de los componentes del sistema hidráulico además de cumplir con las tareas de la mayoría de los aceites como disipar el calor, brindar protección anticorrosiva, enfriar y limpiar las partes del sistema. Cabe decir que el lubricante y los componentes de este tipo de sistema son costosos y, en épocas de pandemia o cualquier otra, nadie está en disposición de pagar gastos extras por la descomposición de alguna pieza.
Como norma general para el cambio de un aceite hidráulico se recomienda hacerlo cada 80.000 o 100.000 kilómetros en su taller de confianza. Tenga en cuenta que los niveles del aceite deben encontrarse en el rango de las marcas de máximo y mínimo o de acuerdo con lo registrado en el manual del fabricante del vehículo.
Refrigerante del motor: el líquido refrigerante se encarga de mantener la temperatura del motor evitando que se recaliente o se congele, además previene el deterioro prematuro de sus piezas. Es recomendable su revisión cada 20.0000 o 30.000 kilómetros para verificar que no tenga ninguna anomalía, pues entre los riesgos que puede causar además del recalentamiento se encuentran no poder arrancar el vehículo o encontrar averías en el circuito de refrigeración. Esta actividad debe ser realizada por un mecánico especializado quien debe tener en cuenta que el nivel del refrigerante debe ser el indicado por el fabricante del vehículo para evitar daños en el motor.
Líquido limpia parabrisas: una visión nítida de los espacios que nos rodean es fundamental para evitar cualquier tropiezo, de ahí la importancia de mantener limpio el parabrisas para el cual los vehículos cuentan con un depósito en el que se puede agregar agua o un aditivo especial que como su nombre lo indica sirve para expulsar el fluido con el que se limpia el vidrio panorámico.
Líquido de frenos: si hiciéramos una analogía, el líquido de frenos podría asemejarse al sistema circulatorio del ser humano; de la misma manera como el sistema circulatorio permite que la sangre se transporte por el organismo el líquido de frenos se encarga de transmitir la presión ejercida al sistema de frenado. Es normal que su nivel disminuya a medida que se desgasten las pastillas o las bandas de freno, por eso se recomienda revisar periódicamente y cambiarse con una periodicidad de 2 a 4 años, según lo indiquen en el taller de confianza. Se aconseja usar el líquido de frenos recomendado y mencionado en la tapa del depósito.
Así las cosas, una vez haya revisado los fluidos básicos como el líquido de frenos, el limpiaparabrisas, el refrigerante del motor y el aceite puede encender su vehículo e iniciar su marcha después de estos meses de cuarentena.
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