Ciencia y Tecnología

Así viviremos en la Luna: El primer asentamiento humano en el satélite

–Cinco décadas después de que los humanos pusieran un pie en la Luna por primera vez, está en marcha una iniciativa para regresar, y esta vez, de forma permanente y para ello, la firma de arquitectos Skidmore, Owings & Merrill (SOM), ha diseñado la primera ciudad en el satélite natural.

Se trata del hábitat futurista ‘Moon Village’, el cual, según un comunicado de la firma, es la primera propuesta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se basa en la cooperación global entre múltiples naciones y socios industriales. Junto con la ESA y el cuerpo docente del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), SOM está implementando nuevos métodos para la planificación maestra, el diseño y la ingeniería del asentamiento.

El plan maestro prevé una aldea lunar ubicada en el borde del cráter Shackleton en la región del polo sur, en los «picos de luz eterna» que reciben luz diurna casi continua durante todo el año lunar.

Esta ubicación estratégica respalda el objetivo de un asentamiento autosuficiente. La luz solar se puede aprovechar para obtener energía, mientras que los recursos in situ se pueden utilizar para generar consumibles y otros elementos que sustentan la vida.

Los volátiles congelados y el agua almacenada en los cráteres permanentemente sombreados cerca del Polo Sur se extraerían para crear aire respirable y propulsor de cohetes para el transporte y las actividades industriales. El asentamiento se agruparía y expandiría a lo largo de sitios estratégicos, ricos en recursos e interés científico.

Moon Village se basa en configuraciones modulares de estructuras habitables, integradas con numerosos sistemas que incluyen capacidad de acoplamiento, control ambiental y sistemas de soporte vital (ECLSS), equipos de salud, protección contra la radiación y otras características críticas. Una sola unidad ofrece un volumen habitable neto de hasta 390 metros cúbicos (13,773 pies cúbicos) y un área útil neta de hasta 104 metros cúbicos (1,120 pies cúbicos) distribuidos entre múltiples niveles. La estructura primaria se proyecta al perímetro, maximizando las funciones de los espacios centralizados y aumentando el volumen libre. Los módulos están diseñados para estar interconectados, lo que permite una movilidad perfecta en todo el asentamiento.

El innovador diseño estructural de los módulos es un sistema híbrido rígido-blando, compuesto por dos elementos clave: un marco perimetral compuesto rígido y una carcasa estructural inflable que integra un conjunto multicapa con un sistema de protección ambiental. A diferencia de otros diseños inflables que centran los sistemas estructurales y mecánicos, esta solución permite arreglos interiores más flexibles para optimizar las condiciones ambientales, la distribución y el reciclaje del aire, la visibilidad, la flexibilidad de la estación de trabajo y el movimiento entre espacios.

El proyecto Moon Village aprovecha la oportunidad de explorar nuevas tecnologías para la arquitectura extraterrestre en condiciones ambientales extremas. En términos más generales, este esfuerzo de múltiples socios demuestra el beneficio de la colaboración interdisciplinaria para promover los objetivos de exploración espacial internacional sostenible.

Moon Village gira en torno a los principios de resiliencia y autosuficiencia, en el sentido de que los astronautas podrán aprender a utilizar allí recursos lunares, como el agua del hielo de sus cráteres.

«La luz solar puede aprovecharse para obtener energía, mientras que los recursos in situ se pueden utilizar para generar consumibles y otros elementos que sustentan la vida. Los volátiles congelados y el agua almacenada en los cráteres permanentemente sombreados cerca del Polo Sur se extraerían para crear aire respirable y [combustible] propulsor de cohetes para el transporte y las actividades industriales», reza el comunicado. (Información y fotos firma de arquitectos Skidmore, Owings & Merrill, SOM).