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Diez años después del accidente nuclear de Fukushima, aún falta mucho para conjurar el problema; la radiación sigue siendo alta

–Han pasado diez años desde que la planta nuclear de Fukushima Daiichi quedó paralizada por el terremoto y el tsunami que azotó el noreste de Japón en 2011. Aunque se han logrado algunos avances en la limpieza y desmantelamiento de la planta, todavía queda un largo camino por recorrer.

El 11 de marzo de 2011, un tsunami que siguió a un terremoto de magnitud 9,0 golpeó la planta. Los reactores del 1 al 4 sufrieron algún tipo de daño, por derrumbe o explosión de hidrógeno, mientras los 5 y 6 no estaban funcionando al momento del sismo y sufrieron pocos daños.

En 2014, el operador del complejo nuclear, Tokyo Electric Power Company Holdings Inc. (TEPCO), terminó de recuperar el combustible usado del edificio del reactor No. 4, lo que se considera un paso adelante hacia el mantenimiento de la estabilidad y el desmantelamiento de la planta.

La eliminación de los desechos nucleares es el mayor desafío en el desmonte. El Instituto Internacional de Investigación para el Desmantelamiento Nuclear de Japón, encargado de poner fuera de funcionamiento la planta, estima que la mezcla de combustible y otros materiales en los reactores paralizados pesa un total de 880 toneladas.

Aunque los reactores 1 a 3 han estado en un estado estable de baja temperatura desde finales de 2011, la radiación interna sigue siendo muy alta, lo que dificulta que las personas trabajen cerca de ellos, por lo que se han utilizado herramientas remotas y robots.

TEPCO ofreció recientemente una conferencia de prensa en línea para presentar el progreso del desmonte de la central nuclear de Fukushima Daiichi.

Sin embargo, la recuperación de los desechos nucleares aún no ha comenzado.

La compañía precisó que la eliminación del combustible derretido de la unidad No. 2 se retrasaría al menos un año debido a la pandemia de la COVID-19.

El director de desmantelamiento de TEPCO, Akira Ono, manifestó que la compañía aún se apega a la hoja de ruta para el desmantelamiento de la planta con plazos entre 2041 a 2051.

Además, qué hacer con el agua radiactiva tratada en la planta y afectada por la crisis es otra preocupación.

Fukushima Daiichi ha estado generando una gran cantidad de agua contaminada por radiación, ya que necesita el líquido para enfriar los reactores. Aunque se ha tratado parte del agua para eliminar contaminantes, elementos como el tritio radiactivo son difíciles de filtrar.

La planta ha estado luchando por almacenar el agua contaminada en tanques, pero espera que el espacio se acabe para el otoño de este año. Japón había considerado la posibilidad de evaporar o almacenar bajo tierra el agua mezclada con tritio, sin embargo, desde la perspectiva del costo y la viabilidad técnica, el Gobierno japonés prefiere diluir el agua contaminada y descargarla al mar.

El plan no solo enfrenta una fuerte oposición de la industria pesquera japonesa y el público, sino también las dudas de los países vecinos como Corea del Sur que solicitó que Japón verifique oficialmente las versiones sobre su estrategia para descargar agua contaminada nuclear en el océano.

Ante las dudas y la oposición, el Gobierno japonés ha tardado en tomar una decisión sobre cómo lidiar con el agua contaminada.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, indicó que el Gobierno pronto decidirá cómo eliminar el agua radiactiva tratada.

«Ya no deberíamos posponer una decisión. Me gustaría finalizar un plan de eliminación en el momento adecuado», expuso, sin dar más detalles sobre cuándo el Gobierno tomará la decisión. (Información Agencia Xinhua).