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El agua: una herramienta clave en la lucha contra la resistencia antimicrobiana

Fuente: Prensa Origami Mercadeo

“El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para los hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad del entorno natural”
Organización de las Naciones Unidas

Es importante garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, pues en todo el mundo, 1 de cada 3 personas no tiene acceso a agua potable salubre, 2 de cada 5 personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre y cada día, alrededor de 1.000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene, así lo señala la Organización de las Naciones Unidas.

En el informe Resistencia a los antimicrobianos: investigar la dimensión ambiental, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, se establece que “el medio ambiente es clave en la resistencia a los antibióticos. Las bacterias presentes en el suelo, los ríos y el agua del mar pueden desarrollar resistencia al entrar en contacto con bacterias resistentes, antibióticos y agentes desinfectantes que se liberan a raíz de la actividad humana. Posteriormente, las personas y el ganado pueden verse expuestos a bacterias más resistentes a través de los alimentos, el agua y el aire”.

La doctora María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer identifica algunas similitudes entre la pandemia y la resistencia a los antibióticos: “ambas se propagan lejos y rápidamente, impactan personas de diferentes edades y procedencias, tienen un impacto económico significativo y requieren de medidas de prevención extensivas frente al cuidado de la salud, así como de una constante vigilancia para contribuir a frenar su propagación”. Agrega que desde Pfizer “estamos comprometidos en trabajar con todas las partes interesadas en enfermedades infecciosas para continuar apoyando los retos en esta materia, desde nuestra experiencia”.

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar y concientizar sobre la importancia de este recurso esencial. Pese a que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, las Naciones Unidas indica que 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable, lo que se convierte en problema de salud pública, pues la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente.

Según el doctor José Oñate, presidente de la Asociación Colombiana de Infectología, “a través del agua se pueden transmitir diversos patógenos, siendo el agua una fuente de contagio; casos de gastroenteritis o la historia del cólera se suman como ejemplo”. Advierte el especialista en infectología que “muchos microorganismos pueden estar presentes en el agua, por lo que es de vital importancia que para el consumo humano sea potable. De igual manera, el agua y el jabón son herramientas básicas en la prevención de las infecciones porque ayudan como primera medida a desinfectar y poder eliminar materiales biológicos microscópicos que pueden afectar la salud.”

El Ministerio de Salud y Protección Social, MSPS, determina que “la resistencia a los antimicrobianos se ha identificado como una amenaza mundial, dado que es un problema de salud pública con consecuencias reales, tales como discapacidad transitoria y permanente o mortalidad evitable; los pacientes con infecciones resistentes tienen peores desenlaces en salud. Además, demandan el consumo de más recursos sanitarios para su tratamiento”.

Cabe resaltar que “los microbios resistentes a los antimicrobianos se encuentran en personas, animales, alimentos y en el medio ambiente como el agua, el suelo y el aire. Se pueden propagar entre personas y animales, incluso a partir de alimentos de origen animal, y de persona a persona. El control deficiente de la infección, las condiciones sanitarias inadecuadas y la manipulación inapropiada de los alimentos fomentan la propagación de la resistencia a los antimicrobianos”, así lo establece la Organización Panamericana de la Salud, OPS.

El agua no sólo es un bien necesario para la vida humana, sino también el hábitat natural de muchos microorganismos, algunos de ellos patógenos humanos, siendo un medio ideal para la transferencia de genes, entre ellos los genes de resistencia a los antibióticos. De acuerdo con el informe Resistencia a los antimicrobianos: investigar la dimensión ambiental del PNUMA “las bacterias resistentes a los antibióticos pueden estar presentes tanto en el agua sin tratar como en el agua potable tratada”. Así mismo, las bacterias resistentes a múltiples medicamentos son frecuentes en las aguas marinas y en los sedimentos cercanos a zonas de vertido de la acuicultura, la actividad industrial y los municipios, lo que aumenta la presión que favorece la resistencia de las bacterias.

En el más reciente Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos del Ministerio de Salud y Protección Social, MSPS, se estima que “las consecuencias de la resistencia antimicrobiana, RAM, pueden llegar a ser devastadoras. Según estimaciones, se considera que para el año 2050, las muertes humanas atribuibles a la RAM podrían llegar a 10 millones. A esto se suman las consecuencias económicas derivadas de un aumento del costo de la atención sanitaria, y la necesidad del desarrollo de nuevas tecnologías para el tratamiento de infecciones”.7
Para el infectólogo Oñate es importante que se tomen acciones desde la parte ambiental para contribuir a la contención de la resistencia a los antimicrobianos, tales como:

1. No auto formularse
2. Utilizar de manera adecuada los antibióticos en la industria agropecuaria
3. Potabilizar el agua de consumo humano para así disminuir la aparición de microorganismos que tengan contacto con nuestro cuerpo
4. Mantener la higiene de manos con agua y jabón, que cubra todas las superficies de la mano

Es de destacar que, en el documento del MSPS, Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, se advierte que “el uso de antimicrobianos sin fórmula médica dentro de la comunidad colombiana constituye un problema de interés para el país, máxime si se considera que, para la capital, se estima que el 56% de la población ha usado alguna vez un antimicrobiano sin fórmula médica”.

 

Fuente: Origami Mercadeo Social S.A.S