En el Estadio El Campín de Bogotá, la Copa Colombia se decidió con el partido de vuelta, el cual quedó a favor del campeón Millonarios por 2-0 frente a un desconocido Junior.

El Embajador se sabía necesitado desde que empezó el encuentro y lo plasmó en el desarrollo de juego, donde tomó la iniciativa para buscar el área rival y no tardó demasiado en dar el golpe que hacía empezar todo de nuevo con intensidad y recuperación tras pérdida.

A los 17 minutos, Luis Carlos Ruíz se hizo cargo de un penal a favor de los Azules y, desde el manchón blanco, no falló: fantástico remate al ángulo del palo contrario al que se lanzó el arquero Sebastián Viera.

Sin demasiadas oportunidades por medio de la creación, el Tiburón tuvo que recurrir a la pelota parada para intentar dañar a su rival. Así fue como la más clara estuvo en los pies de Fredy Hinestroza, quien estrelló una de sus pegadas en el palo.

Ya en el complemento, los Millos recuperaron ese nivel que tuvieron en la primera mitad del encuentro y volvieron a poner contra el área al conjunto de Barranquilla, que se defendió bien en el fondo.

Esto sacó un poco de las casillas al Embajador, que sin chances por la vía terrestre se decantó por envíos áereos y remates desde la lejanía, justamente la manera por la cual tomaron ventaja en el partido.

Desde un bote a tierra a los 77′ fue que nació la acción. David Macalister jugó una pared con Omar Bertel y, cuando vio que no se le acercaban, cargó el disparo y se sacó un derechazo al ras del suelo que terminó en el fondo de la red.

Fue el propio Macalister quien minutos después tuvo la oportunidad de sentenciar la historia, pero tras recibir dentro del área remató mientras se daba una mediavuelta, aunque el balón se fue ancho. Tras esta jugada, el autor del gol salió de cambio por un tirón.

De esta manera, Millonarios obtuvo su tercer título de la Copa Colombia, el cual se le suma al último que había logrado en el 2011 y a aquel en 1953, década en la cual el equipo fue apodado como El Ballet Azul.