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El Papa pide destinar los billonarios gastos militares para combatir el hambre

–También exhortó a los líderes mundiales a oponerse al negocio de la guerra, «al mercado de la muerte».

–En su viaje apostólico al Reino de Bahrein, en el Golfo Pérsico, el Papa Francisco condenó la realidad «monstruosa e insensata de la guerra», y pidió destinar los grandes gastos en armas para combatir el hambre en el mundo.

Durante su discurso a las autoridades en Baréin, en el primer acto de su visita al país, el Papa Francisco reclamó rechazar la lógica de las armas y convertir los enormes gastos militares en inversiones para combatir el hambre.

«Hoy asistimos, cada día más, a acciones y amenazas de muerte. Pienso, en particular, en la realidad monstruosa e insensata de la guerra, que siembra destrucción en todas partes y erradica la esperanza», dijo Francisco en el palacio real Sakhir, en Awali, tras reunirse con el rey Hamad bin Isa Al Jalifa.

En ese país, donde existe una de las mayores bases militares de Estados Unidos en la región, el Papa también mostró su pesar por la situación en el Yemen, «martirizado por una guerra olvidada que, como toda guerra, no conduce a ninguna victoria, sino sólo a amargas derrotas para todos».

Baréin participa en la guerra en el Yemen enviando tropas a la coalición que lidera Arabia Saudí en apoyo del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.

El pontífice abogó por soluciones pacíficas a una crisis global, en cuya raíz hay una «paradoja»:

“Mientras la mayoría de la población mundial se encuentra unida por las mismas dificultades, asolada por graves crisis alimentarias, ecológicas y pandémicas, así como por una injusticia planetaria cada vez más escandalosa, unos pocos poderosos se concentran en una lucha decidida por intereses partidistas, exhumando lenguajes obsoletos, redibujando zonas de influencia y bloques contrapuestos”.

También planteó: «Vivimos en tiempos en que la humanidad, conectada como nunca antes, está mucho más dividida que unida», e invocó la unidad, inspirándose en la etimología de su país anfitrión, Baréin, «dos mares».

«Como las aguas del mar», los líderes religiosos y civiles están llamados a unir tierras y pueblos, dijo.

“Por un lado, el mar tranquilo y apacible de la convivencia común, por otro el mar amargo de la indiferencia, asolado por los enfrentamientos y agitado por los vientos de la guerra, con sus olas destructivas cada vez más tumultuosas, que amenazan con engullir a todos. Y, por desgracia, Oriente y Occidente se parecen cada vez más a dos mares opuestos”.

«Nosotros, en cambio – dijo Francisco a los participantes en el Foro –estamos aquí juntos porque pretendemos navegar por el mismo mar, eligiendo la ruta del encuentro y no la del enfrentamiento».

“Estas son las amargas consecuencias, si se siguen acentuando las oposiciones sin redescubrir el entendimiento, si se persiste en la imposición decidida de los propios modelos y visiones despóticas, imperialistas, nacionalistas y populistas, si no se interesa por la cultura del otro, si no se escucha el grito de la gente común y la voz de los pobres, si no se deja de distinguir de forma maniquea quién es bueno y quién es malo…”, puntualizó.

Señaló que en un mundo globalizado «sólo se avanza remando juntos», mientras que «navegando solo, se va a la deriva», e instó a ver el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en 2019 en Abu Dabi: «Estamos aquí, creyentes en Dios y en nuestros hermanos, para rechazar el pensamiento aislante, esa forma de ver la realidad que ignora el mar único de la humanidad para centrarse sólo en sus propias corrientes».

Clamó porque «las disputas entre Oriente y Occidente se recompongan para el bien de todos, sin distraer la atención de otra brecha que crece constante y dramáticamente, la que existe entre el Norte y el Sur del mundo».

Advirtió que “la aparición de conflictos no debe hacernos perder de vista las tragedias latentes de la humanidad, como la catástrofe de la desigualdad, por la que la mayoría de los habitantes de la Tierra experimentan una injusticia sin precedentes, la vergonzosa plaga del hambre y la desventura del cambio climático, signo de la falta de cuidado de la casa común”.

Por su parte, el rey de Baréin, que leyó su discurso antes del pontífice, hizo un llamamiento «a las grandes naciones para que trabajen para proteger la seguridad y la paz internacionales».

«Pedimos, en particular, que se ponga fin a la guerra ruso-ucraniana y se inicien negociaciones serias entre las partes, y el Reino de Baréin está dispuesto a jugar cualquier papel en este sentido», subrayó.

En el segundo día de su viaje apostólico al Reino de Bahrein, en el Golfo Pérsico, este 4 de noviembre, el Papa Francisco instó a líderes mundiales de las religiones a la oración y a sumar esfuerzos concretos a favor de la paz porque “el hombre religioso, el hombre de paz, se opone tambie?n a la carrera armamenti?stica, al negocio de la guerra, al mercado de la muerte”.

Tras haber celebrado la Misa en privado, el Papa Francisco se dirigió en coche a la Plaza Al-Fida’ del “Sakhir Royal Palace” para participar en la ceremonia del “Árbol de la Paz” que clausura el “Foro de Bahrein para el Diálogo: Oriente y Occidente por la Convivencia Humana”.

A su llegada, el Santo Padre fue acompañado por una imponente escolta con guardias a caballo mientras que dos helicópteros trasladaban las banderas del Vaticano y de Bahrein.

Después de una oración común y de las palabras del Rey de Bahrein, Su Majestad Hamad bin Isa bin Salman Al Khalifa, y del Gran Imán de Al-Azhar, Al-Tayyeb, el Santo Padre pronunció un denso discurso en el que destacó la importancia de la oración, de la acción concreta a favor de la paz y exhortó a hacer frente a tres emergencias educativas: el reconocimiento de la mujer en el ámbito público, la protección de los derechos fundamentales de los niños y la educación a la ciudadanía.

Una vez más, el Papa lanzó un enérgico llamado a la paz y exhortó a los líderes religiosos del mundo a unirse en contra al “negocio de la guerra, al mercado de la muerte”.

“El hombre religioso, el hombre de paz, se opone también a la carrera armamentística, al negocio de la guerra, al mercado de la muerte. No apoya ‘alianzas contra alguien’, sino caminos de encuentro con todos; sin ceder a relativismos o sincretismos de ningún tipo, sigue una sola senda, la de la fraternidad, el diálogo y la paz. Estos son sus si?”, indicó.

En particular, el Papa mencionó la guerra en Ucrania y afirmó “desde aquí dirijo a todos mi llamamiento a que se ponga fin la guerra en Ucrania y se den serias negociaciones de paz”.

Además, el Papa exhortó a asegurar la libertad religiosa por lo que pidió comprometerse “para que la libertad de las criaturas refleje la libertad soberana del Creador, para que los lugares de culto sean protegidos y respetados, siempre y en todas partes, y la oracio?n se promueva y nunca sea obstaculizada”.

“No es suficiente conceder permisos y reconocer la libertad de culto, es necesario alcanzar la verdadera libertad religiosa. Y no solo cada sociedad, sino cada credo esta? llamado a examinarse sobre esto. Esta? llamado a preguntarse si obliga desde el exterior o libera interiormente a las criaturas de Dios; si ayuda al hombre a rechazar la rigidez, la cerrazo?n y la violencia; si hace que aumente en los creyentes la libertad verdadera, que no significa hacer lo que nos de? la gana, sino orientarnos al bien para el que hemos sido creados”, dijo el Santo Padre.

En este sentido, el Papa Francisco recordó que “la oración, la apertura del corazón al Altísimo es fundamental para purificarnos del egoísmo, de la cerrazón y de la autorreferencialidad, de las falsedades y de la injusticia”.

“El que reza, recibe la paz en el corazón y no puede sino ser su testigo y mensajero… El hombre religioso, el hombre de paz es aquel que, caminando con los otros en el mundo, los invita, con dulzura y respeto, a elevar la mirada al cielo. Y lleva en su oración, como incienso que sube hacia el Altiísimo las fatigas y las pruebas de todos”.

Al referirse a la importancia de la educación, el Papa Francisco destacó la urgencia de unir esfuerzos a favor de la educación porque “donde faltan oportunidades de instrucción aumentan los extremismos y se arraigan los fundamentalismos”.

“Si la ignorancia es enemiga de la paz, la educación es amiga del desarrollo, siempre que sea una instrucción realmente digna del hombre, ser dinámico y relacional; por lo que no debe ser rígida y monolítica, sino abierta a los desafíos y sensible a los cambios culturales; no autorreferencial y aislante, sino atenta a la historia y a la cultura de los demás; no estática sino inquisitiva, para abrazar aspectos diversos y esenciales de la única humanidad a la que pertenecemos”, advirtió.

En esta línea, el Papa remarcó la necesidad del “reconocimiento de la mujer en ámbito público, en la instrucción, en el trabajo, en el ejercicio de los propios derechos sociales y políticos”.

Luego, el Santo Padre exhortó a “la proteccio?n de los derechos fundamentales de los niños, para que crezcan instruidos, atendidos, acompañados, no destinados a vivir con el tormento del hambre o los lamentos por la violencia”.

Por último, el Santo Padre afirmó que “si varios poderosos negocian entre ellos por intereses, dinero y estrategias de poder, demostremos que es posible otra vía de encuentro” y añadió que es “posible y necesaria, porque la fuerza, las armas y el dinero nunca tendrán de paz el futuro”.

“Que Él ilumine nuestros pasos y una nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras fuerzas para que la adoración a Dios concuerde con el amor concreto y fraterno al prójimo, y para ser juntos profetas de convivencia, artífices de unidad, constructores de paz”, concluyó el Papa.

Al finalizar la ceremonia, el Papa Francisco firmó el Libro de Honor y regresó al lugar de residencia para almorzar en privado.

El mensaje que escribió en el Libro de Honor fue: “Desde el Reino de Bahrein, ‘tierra de dos mares’ pido al Altísimo que, desde el mar agitado del conflicto, la humanidad desembarque en el mar pacífico de la convivencia, siguiendo el rumbo del encuentro y redescubriendo la brújula de la fraternidad. Gracias por su ejemplo”.(Con información de Aciprensa, Vatican News y DW).