Bogotá

Este es el imponente mural pintado por ciudadanos que habitaron calles bogotanas

Habitantes de calle pintan mural de 250 m. de largo por 4.5 de alto Foto: Integración Social
Geometría, astros y constelaciones son parte del mural de 250 metros de largo por 4.50 metros de alto que hoy embellece la parte externa de la Gran Logia de Colombia, en la Cra. 5 #17-79, centro de Bogotá.

Esta es una obra que en cada trazo y pincelada lleva plasmado el esfuerzo, la lucha y la resistencia con la que los participantes en proceso de inclusión han vivido su historia y superado sus luchas.

Ciudadanos que habitaron calle y hoy hacen parte de la Comunidad de Vida El Camino participaron en el proceso que dio como resultado una obra artística que cautiva a cada transeúnte y lleva implícito el valor del arte en los procesos de transformación.

El arte como herramienta de superación

“El arte es la herramienta perfecta para embellecer el espacio público y generar importantes aportes en los procesos de integración de los ciudadanos. Permite crear nuevas habilidades y realizar un abordaje comunitario para mitigar los conflictos asociados al fenómeno de la habitabilidad en calle desde una apuesta artística”, dijó Yeison Gil, líder del Eje de Ampliación de Capacidades de la Subdirección para la Adultez, Secretaría de Integración Social.

De igual forma, José Ignacio Mejía, gran secretario de la Gran Logia de Colombia, mencionó que “Esta obra es una expresión de lo que somos frente al ser humano: servir con amor, mirarnos todos entre iguales, despreciar el odio, luchar por la igualdad y las oportunidades”.

Vidas transformadas por el arte

Esa expresión de inclusión es la que hoy le permite a Roberto Carlos, uno de los artistas que trabajó en el mural, encontrar fuerza en el arte para avanzar en su proceso de integración.

Luego de pasar cerca 25 años de vida en calle, el arte llegó como un refugio, en el que libera su energía y logra desestresarse. Ahí es donde vuelve a soñar, donde recuerda que todo es un proceso, un paso a paso para alcanzar la meta.

«El arte es una terapia en la que expreso emociones, plasmo las cosas y cambio mi estado de ánimo. Lo más gratificante es cuando terminas un trabajo y le gusta a la gente», mencionó.

Roberto está en la comunidad de vida El Camino y durante los últimos ocho años ha aprendido que la vida, como el arte, son un proceso en el que hay que fondear, maquetar, pintar, sombrear, dar volumen y ante todo perfeccionar lo que quedó atrás para poder avanzar.

Esfuerzos unidos para el resultado

El mural fue realizado con el apoyo de la Gran Logia de Colombia, a través de la Corporación Somos Centro, grafiteros, vecinos del sector y la Subdirección para la Adultez de la Secretaría de Integración Social. Este desarrollo artístico hoy da vida al sector e impulsa a la población en sus procesos de inclusión.  

Camilo López, director de Comunicaciones de la Gran Logia de Colombia y presidente de la Corporación Somos Centro, destacó que para la comunidad masónica este es un proceso de gran relevancia, ya que permite entablar relación con la comunidad y el entorno a través de procesos culturales y educativos.

“Queremos que este sea uno de muchos procesos que nos permitan la unión con la comunidad a través del arte, la cultura, las conferencias y las diferentes actividades que podemos tener”, destacó.

Por su parte, Víctor Manuel Peñalosa, artista plástico, mencionó que el objetivo es buscar espacios de inclusión artística en las diferentes localidades, integrando mesas de grafitis y artistas locales para que pinten con las personas que habitaron calles, con el fin de visibilizar a cada persona que hace parte del colectivo.

Sin duda, este mural y el arte se convierten en un factor de transformación y en un tributo para aquellos ciudadanos que, contra todos los pronósticos, se levantan con fortaleza para escribir una nueva historia y un nuevo camino que les permita avanzar.