Por: Abog. Carlos Fradique-Méndez
Educación para la vida en familia
Esta es una clase de civismo en el diplomado en educación para la vida en familia y el tema es MARZO MES DEL BUEN TRATO A
LAS MUJERES, OCHO DE MARZO, DIA PARA REAFIMAR NUESTRO COMPROMISO POR LA DIGNIDAD DE LAS MUJERES.
No me parece útil escuchar la simplicidad de la frase “hombres y mujeres somos iguales”, mientras que en cada metro cuadrado que avanzo compruebo que somos desiguales y que hay mujeres que viven ignoradas por su familia, la sociedad y por los funcionarios del estado.
No me parece útil que me intenten convencer de que debo ver en cada mujer un hombre y en cada hombre una mujer. No veo útil esta obsesión por borrar las líneas que hacen que cada ser maravilloso de la naturaleza sea único e irrepetible y por lo tanto diferente.
Lo que veo justo, totalmente justo, es que trabajemos juntos para garantizar que, de acuerdo a cada persona, todos tengamos las mismas oportunidades, así con el correr de los días se vayan presentando diferencias sin que se pierda lo mínimo necesario para tener una vida digna.
Desde hace miles de años, el poder físico del hombre desplazó a la mujer en el quehacer del saber y del aportar al ejercicio de la economía, de la ciencia, de la política, de la industria y hay sociedades en las que la mujer es minimizada y a veces tratada como si no fuera un ser humano.
Se ignora que la mujer en muchos escenarios tiene mejor capacidad que el hombre para generar felicidad y progreso en su familia y a la sociedad.
Las mujeres han luchado durante siglos por el reconocimiento de sus derechos y han enfrentado batallas sin cesar para que hoy sean reconocidas en condiciones equitativas frente a mujeres privilegiadas y a hombres con mejores condiciones de vida que ellas.
En este MARZO, MES DEL BUEN TRATO A LAS MUJERES, OCHO DE MARZO, DIA PARA REAFIMAR NUESTRO COMPROMISO POR LA DIGNIDAD DE LAS MUJERES, renovamos nuestra responsabilidad de trabajar por la dignidad de las mujeres y lo hacemos, HOMBRES Y MUJERES de todas las
condiciones y, unidos, mujeres siguiendo su labor por dignificarse y todos como coequiperos de esa labor, lograremos mejores personas, mejores familias, mejores sociedades y un mundo mejor.
Mis respetos y admiración a todas las mujeres que viven a nuestro alrededor y que mi saludo se escuche más allá de todas las
fronteras.
Bendiciones, que la Divina Providencia las bendiga y que nosotros tengamos el valor de respetarlas.
Su amigo, abogado y profesor,
Carlos Fradique-Méndez
