Internacional

Dos migrantes cubanos ingresaron a EE.UU en una ala delta motorizada

–Dos migrantes cubanos utilizaron un ala delta motorizada para recorrer 145 kilómetros desde la isla para ingresar a territorio de los Estados Unidos a través de Key West, en Florida, informaron funcionarios del estado.

La comisaría del condado de Monroe dijo que los dos aterrizaron a salvo en el Aeropuerto Internacional de la ciudad, también conocida localmente en español como “Cayo Hueso”, pero fueron entregados a la Patrulla Fronteriza.

Abrumada por la cantidad de migrantes cubanos y de otras nacionalidades que arriban a la frontera de Estados Unidos con México y a Florida en bote, el gobierno del presidente Joe Biden aprobó un cambio en la ley que los obliga a pedir un permiso mediante una app antes de arribar con el auspicio de un pariente o conocido en Estados Unidos.

Los que arriban sin cumplir ese requisito pueden ser deportados.

A Cuba y EE.UU los separan unos 145 kilómetros, una corta distancia que la política se ha encargado de alargar. La promesa del sueño americano -“tan cerca, pero tan lejos”- ha sido suficiente para que cientos de miles de cubanos se lancen a la aventura, algunos en travesías que parecen sacadas del guion de una película.

La llegada en octubre de 2022 a la Florida de un joven piloto cubano en una avioneta soviética robada es uno de los capítulos más recientes en esta saga, aunque quizás no uno de los más extraordinarios.

En marzo de 1991, en medio de una de las peores crisis económicas en la historia de Cuba, Orestes Lorenzo levantó vuelo desde un aeropuerto militar en Cuba para aterrizar en los cayos de Florida, solo 10 minutos después. El veterano piloto desertó en un caza ruso MIG-23, en ese entonces el avión más moderno del Ejército cubano.

Como si esa hazaña fuera poco, Lorenzo regresó a Cuba una vez más. Tras intentos fallidos de reunirse con su esposa e hijos, el cubano planeó un arriesgado rescate aéreo en un viejo bimotor. Volando a ras de mar, el piloto aterrizó en una estrecha carretera en un punto de la costa norte de la isla donde lo esperaba su familia, con los que huyó por segunda vez de Cuba. Lorenzo contaría luego esta asombrosa historia en su libro ‘Vuelo hacia el Amanecer’.

Con la ayuda de un amigo, Sandra de los Santos logró llegar a Nassau, Bahamas, donde contrató los servicios de la compañía de correo internacional DHL para enviar una caja de madera con piezas de barco a EEUU.

En lugar de las piezas, De los Santos se encerró ella misma en la caja, donde permaneció seis horas hasta que llegó a su destino, en septiembre de 2004. El peligroso plan que podría haber sido una sentencia de muerte resultó, y más de un año después un juez le concedió su solicitud de asilo.

Un grupo de migrantes en una embarcación intenta alcanzar la costa de EEUU, cerca de Cayo Hueso, en Florida, el 12 de agosto de 2022.

En 2016, alentada por el momento dulce en las relaciones entre Cuba y EEUU, la exitosa franquicia “Rápidos y Furiosos” llegó a la entonces de moda capital cubana para filmar escenas de su octava entrega. Al terminar, todos los equipos utilizados en La Habana fueron montados en un barco para regresar a EEUU.

Al llegar, las autoridades descubrieron que junto a la carga viajaban tres polizones. Los tres cubanos trabajaron en la producción como chóferes y decidieron esconderse en los contenedores. Los tres fueron encontrados al atracar el barco y les fue garantizado el asilo gracias a la poco después derogada ley conocida como “Pies secos, pies mojados”.

Empleados del aeropuerto internacional de Miami se llevaron una sorpresa en 2019 al encontrarse a Yunier García Duarte, entonces de 26 años, escondido en la bodega de un avión. “El que no arriesga no gana”, aseguró García Duarte, quien trabajaba en el aeropuerto José Martí de La Habana cargando equipaje y apenas “pudo respirar” durante el vuelo.

Desorientado y sediento, el joven cubano fue arrestado por oficiales de Inmigración para ser luego liberado bajo parole.

El sobreviviente de cáncer que pasó 37 horas en una tabla de windsurf

Vivir con una colostomía ya es difícil, pero aventurarse al mar, en una tabla de windsurf cruzando lo que muchos llaman el «Corredor de la muerte», con una bolsa adosada al vientre, ya es una hazaña. En marzo pasado, Elián López, un cubano sobreviviente de cáncer de 48 años, fue rescatado por la Guardia Costera después de haber pasado 37 horas en el mar. En un principio, el plan era un viaje de ocho horas.

“No lo planee por mucho tiempo. Quizás si uno planifica algo como esto, no lo hace, porque es bien riesgoso, hay pocas garantías de que pueda funcionar”, explicó López a la Voz de América. A siete meses de su llegada, el cubano vive con parole y se confiesa feliz, aunque no sea una felicidad completa porque -lamenta- en Cuba le queda su familia.

La velocidad del viento y la corriente conspiraron en su contra. Incluso una ola lo lanzó al agua en la noche. López, solo pudo comunicarse con su familia y los pocos amigos que conocían de su plan al día siguiente. Fue una jugada arriesgada, pero el exdeportista se alegra de haber tomado la decisión. “Quizá solamente me reprocho no haberlo hecho antes, mucho antes”, confesó.(Información VOA).