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A 37 años del Desastre de Chernóbil Las consecuencias aún perduran: ONU

–La Organización de Naciones Unidas, ONU, conmemora este miércoles el 37º aniversario del desastre de la central nuclear de Chernóbil (26 de abril de 1986), uno de los accidentes nucleares más graves de la historia, en el cual, cientos de miles de personas se vieron afectadas por la radiación.

Unas 350.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en zonas gravemente contaminadas, con un impacto profundamente traumático y duradero en sus vidas.

El Día Internacional de Recordación del Desastre de Chernóbil crea conciencia sobre la necesidad de monitorear el medio ambiente y la salud de las regiones y comunidades afectadas por Chernóbil hacia el bien común, afirma la ONU, que, además, advierte que las consecuencias aún perduran del desastre de Chernóbil y hace las siguientes precisiones sobre lo ocurrido y su legado:

En 1986 una explosión en la central nuclear de Chernóbil propagó una nube radioactiva en gran parte de lo que fue la Unión Soviética y que ahora son los territorios de Belarús, Ucrania y la Federación de Rusia. Casi 8.4 millones de personas en los tres países fueron expuestas a la radiación.

El gobierno soviético reconoció la necesidad de la ayuda internacional sólo en 1990. Ese mismo año la Asamblea General adoptó la Resolución 45/190, llamando a «la cooperación internacional para abordar y mitigar las consecuencias de la planta nuclear de Chernóbil». Ese fue el comienzo de la participación de las Naciones Unidas en la recuperación de Chernóbil. El grupo de trabajo interinstitucional fue creado para coordinar la cooperación de Chernóbil. En 1991, la ONU creó el Fondo Fiduciario para Chernóbil, en la actualidad bajo la dirección de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Desde 1986, el sistema de las Naciones Unidas y las principales ONG han puesto en marcha más de 230 diferentes estudios y proyectos de asistencia en los ámbitos de salud, seguridad nuclear, rehabilitación, medio ambiente, obtención de alimentos limpios e información.

En 2002 las Naciones Unidas anunció un cambio en la estrategia de Chernóbil, con un nuevo enfoque en el desarrollo a largo plazo. El PNUD y sus oficinas regionales en los tres países afectados tomaron la delantera en la aplicación de la nueva estrategia. Todavía hay mucho trabajo que hacer en la región afectada. Para prestar apoyo a los programas internacionales, nacionales y públicos dirigidos al desarrollo sostenible de estos territorios, en 2009 la ONU presentó la Red Internacional de Investigación e Información sobre Chernóbil. Las consecuencias de Chernóbil seguirán en el futuro. El trabajo de la comunidad internacional no ha terminado todavía.

El 8 de diciembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que designaba el 26 de abril como el Día Internacional de Recordación del Desastre de Chernóbil. En su resolución, la Asamblea General reconoció que, incluso 30 años después, «las consecuencias a largo plazo persisten y las comunidades y los territorios afectados todavía tienen demandas en relación a este problema» e invitó a «todos los Estados Miembros, los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, así como a la sociedad civil, a que celebren el día».

La finalización de la colocación del nuevo confinamiento seguro sobre el antiguo refugio fue un hito importante logrado en 2019, con más de 4 500 millones de euros proporcionados por más de 45 naciones donantes a través de fondos administrados por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD). El nuevo confinamiento seguro fue entregado al Gobierno de Ucrania el 10 de julio de 2019. El alcance del proyecto en términos de cooperación internacional es uno de los más grandes jamás vistos en el campo de la seguridad nuclear.

Dado que las agencias de las Naciones Unidas han cambiado su perspectiva de la asistencia humanitaria a la prevención, recuperación, remediación y desarrollo de la capacidad, se adoptó un enfoque integrado del desarrollo sostenible para abordar las necesidades de las regiones y comunidades afectadas. Las agencias, fondos y programas han continuado trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos de Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania para proporcionar asistencia para el desarrollo a las comunidades afectadas por Chernóbil.

El accidente de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, fue el resultado de un diseño defectuoso del reactor en el que trabajaba personal que no estaba debidamente cualificado.

Durante los cuatro años posteriores a ese accidente, las autoridades soviéticas decidieron enfrentarse a las consecuencias de la explosión a nivel nacional. Sin contar con apoyo soviético, las Naciones Unidas y sus asociados buscaron formas de proporcionar ayuda de emergencia, las cuales incluían una evaluación de la seguridad nuclear y de las condiciones medioambientales de la zona contaminada, así como un diagnóstico de los diferentes problemas de salud pública derivados del accidente.

Después de la catástrofe de Chernóbil, se intensificó la cooperación internacional en el ámbito de la seguridad nuclear: se desarrollaron y adoptaron cuatro convenciones internacionales de seguridad, dos Códigos de Conducta, unos principios fundamentales de seguridad y una serie de Normas de Seguridad del OIEA reconocidas a nivel mundial. Las Normas de Seguridad del OIEA reflejan un consenso internacional e sobre lo que implica se asegurar un nivel alto de protección para las personas y el medio ambiente contra los efectos nocivos de la radiación ionizante.

En marzo de 2011, la central nuclear de Fukushima sufrió graves daños debido a un fallo en su equipamiento tras el gran terremoto de magnitud 9,0 en el Japón oriental y el devastador sunami que generó. Esta catástrofe fue el mayor accidente nuclear civil desde el accidente de Chernóbil en 1986. La central dañada liberó importantes cantidades de material nuclear, por lo que decenas de miles de personas tuvieron que ser evacuadas. Como resultado, se activó de inmediato el Centro de Respuesta a Incidentes y Emergencias de la OIEA, que reunió a un equipo de expertos en seguridad nuclear, en respuesta de emergencia y en protección radiológica. El Centro recogió y analizó datos e informó con regularidad tanto a los Estados Miembros de la OIEA y a las organizaciones internacionales, como a los medios de comunicación y al público en general.

Tres meses después, la OIEA convocó una Conferencia Ministerial sobre Seguridad Nuclear. Se allanó así el camino para conseguir el apoyo unánime al Plan de Acción sobre Seguridad Nuclear de la OIEA, redactado por los Estados Miembros de la OIEA en septiembre de 2011. Desde entonces, este plan ha fomentado la colaboración internacional para mejorar la seguridad nuclear a nivel mundial.

En el marco del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), de 1968, la OIEA lleva a cabo inspecciones in situ para garantizar que los materiales nucleares se usan únicamente con fines pacíficos. Antes de la guerra de Iraq de 2003, los inspectores tuvieron un papel clave en el descubrimiento y eliminación de los programas de armas prohibidas y capacidades de Iraq. En 2005, la organización y su Director General, Mohamed El Baradei recibieron el Premio Nobel de la Paz «por sus esfuerzos para evitar que la energía nuclear se utilice con fines militares y para asegurar que la energía nuclear con fines pacíficos se emplee de la manera más segura posible».

Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas

La Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas, el único foro de negociación multilateral sobre desarme, elaboró el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, que se adoptó en 1996. La Oficina de Asuntos de Desarme impulsa el desarme nuclear y la no proliferación. La Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos creó los Principios Pertinentes a la Utilización de Fuentes de Energía Nuclear en el Espacio Ultraterrestre en 1992. El Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas informa sobre los niveles y los efectos de la exposición a la radiación ionizante, con lo que suministra la base científica para las normas de seguridad y protección de todo el mundo.

Terrorismo nuclear

Para tratar el peligro que supone el terrorismo nuclear, las Naciones Unidas elaboraron la Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares (Viena, 1980), así como el Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear (2005).

Zonas Libres de Armas Nucleares

l establecimiento de Zonas Libres de Armas Nucleares (ZLAN) es un enfoque regional para reforzar la no proliferación nuclear y las normas de desarme a nivel mundial, así como para consolidar los esfuerzos internacionales para conseguir paz y seguridad. El artículo VII del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) estipula que «ninguna disposición de este Tratado menoscabará el derecho de cualquier grupo de Estados a concertar tratados regionales a fin de asegurar la ausencia total de armas nucleares en sus respectivos territorios». (Información de Naciones Unidas).