Petro habla de desafueros del general (r) Ricardo Diaz y dice que este le pidió que lo nombrara ministro de Defensa
–(Foto Ricardo Díaz, Semana). «Conocí al general Diaz en mi idea de encontrar la gente de las fuerzas armadas que me ayudaría a construir una fuerza pública respetuosa de los derechos de la gente y sin corrupción. He encontrado muchos oficiales en este empeño, con algunos me he equivocado, con otros he acertado».
Así comienza diciendo el presidente Gustavo Petro en una nota que publicó en su cuenta en la red social X, en referencia a Ricardo Díaz, el exviceministro de Defensa y general retirado del Ejército, quien en declaraciones a la revista Semana denunció una serie de actos corruptos en la cartera de Defensa, salpicando incluso a su esposa Verónica Alcocer García, hecho sobre el cual, no hace referencia en el escrito.
Pedro señala que pensó que el general Diaz «podría ayudar en este propósito», de combatir la corrupción, pero añade:
«Mi primera decepción estuvo en que solo al final, cuando el triunfo era posible, decidió apoyar mi campaña, meses atrás habíamos acordado dar ese paso que sería un mensaje de unidad. Muy tardiamente llegó a una reunión para decirme que quería ser ministro de defensa. Yo ya había previsto a Iván Velasquez porque me daba un claro mensaje de lucha contra la corrupción al frente de las fuerzas armadas».
No obstante, Pedro advierte que «ya en el gobierno, yo fuí el que decidí nombrar como viceministro al general Diaz».
El jefe del Estado reseña quie «al rato me llegaron los informes sobre maltrato agudo al personal laboral por parte de él y la inconformidad del ministro con sus actuaciones. Por eso salió del ministerio».
Luego precisa: «Esperé de él que iniciara las investigaciones sobre casos de corrupción, con denuncias ante las autoridades pertinentes con sus pruebas, y tenía todo mi apoyo para hacerlo. No ocurrieron».
Petro indica que fue él quien tomó «la decisión de no permitir que los helicópteros rusos fueran llevados a Rusia al mantenimiento con la empresa contratada en otros gobiernos ni que salieran a Ucrania como pedían los norteamericanos» y complementó:
«Colombia no esta con la guerra sino con la paz en cualquier lugar del mundo».
Igualmente señala que «cuando firmaron papeles para desobedecer la orden del presidente, se retiró al personal que insistía en mantener un contrato oscuro».
También asegura: «Yo fuí el que impartí la orden de cambiar los objetivos de la inteligencia para ubicar los grandes capos de las economías ilícitas y sus empresarios lavadores»
Además advierte que «el objetivo de la inteligencia no es perseguir líderes de la oposición o magistrados. No es crear guerras con países hermanos, no es actuar criminalmente dentro de sus territorios. Son los constructores de economías ilícitas los destructores de nuestra nación».
Dice Petro que no entiende «como eso les molesta y les parece que es destruir la inteligencia a menos que no se quiere que apunte a los capos» y complementa:
«Pensar que en mi presidencia, antes, ahora o después, pensamos en comprar tres helicopteros italianos para mi oficina es delirante. La plata de la Nación es para la justicia social. El único helicóptero italiano que tiene la presidencia lo compró Duque».
«Claro que hay que investigar las compras de armamentos, las transacciones con la gasolina, el posible uso de bienes públicos para transportar cocaína. La actividad criminal dentro de otros países», continúa diciendo el mandatario.
Finalmente precisa: «Unas fuerzas armadas libres de corrupción, respetuosas de la gente , y servidoras del pueblo son la base de la paz y de la construcción de una gran nación»
Y concluye: «O el gobierno sale o salen los corruptos al interior del Estado».
En otro extenso trino en la red social X, el presdente Gustavo Petro aborda otro tema relacionado con la libertad de prensa, en el cual cuestiona «el derecho de destruir» a una persona «solo porque no piensa igual que la activista o porque se atravieza en su negocio».
Estos son los términos del escrito:
Una sentencia final de un magistrado que absolvió, después de varias sentencias condenatorias, el que se hubiera destruido mediáticamente a toda una familia al publicar circuntancias exclusivamente íntimas sin su consentimiento y que no había más derechos que la libertad de expresión de la periodista que en realidad es una militante de la extrema derecha y su vocera quizás más importante. Desde entonces la mentira es el eje de la actividad de la extrema derecha que destruye sin temor alguno, sin ningun tipo de obstáculo ético y en forma creciente personas inocentes, usando condiciones de acceso al poder de los medios.
Hasta Fox el medio de la derecha norteamericana ha sido condenado por una justicia bastante conservadora cuando su información ha destruido personas inocentes y cuando la mentira ha sido llevada al máximo de la mentira.
¿Quién defiende los derechos del calumniado o calumniada?
¿Hasta cuando confundiremos el derecho a la persona y su buen nombre aplastado por completo por el derecho de destruir a esa persona solo porque no piensa igual que la activista o porque se atravieza en su negocio?
No es el presidente el que debe actuar para restablecer el derecho a ser persona en la sociedad, que es básico para la libertad, sino que le corresponde a la justicia constitucional.
Toda mi solidaridad a Cecilia Orozco, profundamente calumniada y a las personas que son tan tramposamente destruidas solo porque están cerca de mí, pertenecen a mi gobierno o se acercan a él ,o, porque por simples hechos de la vida, como en el caso de Cecilia, estuvo compartiendo una fundación sin ánimo de lucro, con alguien que por sus valores de justicia, está en mi gobierno.