Internacional Judicial

Cayó en España segundo cabecilla mundial del «Tren de Aragua»

–La Policía Nacional de España confirmó este jueves la captura del supuesto segundo cabecilla de la organización criminal internacional “Tren de Aragua”, que poseía una Orden de Detención Internacional (OID) emitida por las autoridades venezolanas, su país natal, a donde será extraditado.

La autoridad policial no divulga el nombre del sujeto, pero se afirma que se trata del hermano de Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero», máximo cabecilla de la banda criminal «Tren de Aragua», cuyo nombre se deriva de la cárcel del estado del mismo nombre de la República de Venezuela y que tiene tentáculos en cerca de diez países, entre ellos Colombia.

El criminal fue localizado en la ciudad de Barcelona, en cumplimiento de una Notificación Roja de INTERPOL al encontrarse fugitivo de las autoridades de su país.


Este antisocial, además de tener una posición destacada en la estructura de la organización criminal del “Tren de Aragua”, es el hermano de su líder a nivel mundial. Estaba buscado por su país debido a su presunta participación en delitos de terrorismo, tráfico de seres humanos, tráfico de armas, extorsión, blanqueo de capitales y asociación para delinquir.

La Policía Nacional española indica que trata de confirmar si el detenido, que se había instalado en España, intentaba implantar y expandir su estructura en el país con el fin de operar a semejanza de cómo lo hace en las naciones del continente americano de donde es originaria.

El detenido fue puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número Cuatro de la Audiencia Nacional, cuyo titular ha dispuesto su ingreso en prisión para su extradición.

El comunicado advierte que el “Tren de Aragua” es una organización criminal transnacional muy conocida por la Policía Nacional como consecuencia de su participación activa en diferentes foros internacionales en los que se encuentran otros países donde ya se ha revelado su presencia y actividad delictiva.

Al efecto, hace la siguiente reseña:

El “Tren de Aragua” es un grupo criminal originario de Venezuela considerada la banda criminal más poderosa del país. Hasta hace unos meses tenía su centro de operaciones en el Centro Penitenciario de Aragua (Tocorón) sito en la región centro de ese país iberoamericano.

Esta organización lleva a cabo asesinatos, extorsiones, secuestros, tráfico y trata de personas, entre otros delitos. Se considera que tuvo su génesis en el sindicato de obreros que trabajaban en la construcción del tramo del Ferrocarril de Venezuela que recorría los estados Aragua y Carabobo, de ahí su auto-denominación como “Tren de Aragua”. Tras el inicio del proyecto en 2005, el sindicato cobraba por la asignación de puestos de trabajo y extorsionaba a los contratistas. El grupo fue ampliando sus actividades criminales y cuando la construcción se paralizó en 2011, el sindicato ya actuaba como una banda criminal.

Desde 2018, el grupo se ha expandido rápidamente por el continente americano a lo largo de la ruta que recorren los migrantes venezolanos introduciéndose con el tráfico de migrantes en las áreas fronterizas de varios países. Asimismo, presuntos miembros del grupo se han asentado en ciudades de Colombia, Perú, Chile y otros países. Sin embargo, el «Tren de Aragua», como se le conoce hoy en día, no se consolidó hasta 2013, cuando Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias «Niño guerrero», fue encarcelado en la Prisión de Tocorón y estableció alianzas con miembros del sindicato. Allí escaló rápidamente en la jerarquía penitenciaria hasta convertirse en «Pran», como se les conoce a los líderes carcelarios en Venezuela.

Diversos factores ayudaron a que el grupo criminal se fortaleciera. Por una parte las reformas penitenciarias que dictó en 2013 la entonces Ministra de prisiones pero que nunca fueron aplicadas en Tocorón. Así, Guerrero empezó a cobrar la «causa» o impuesto mensual que los presos debían pagar al «pranato» y cuyos ingresos permitieron la construcción de gimnasios, piscinas, parques infantiles, restaurantes, discotecas y otras obras dentro de la prisión, concluye.