–En fecha próxima, Colombia tendrá otra beata. El papa León XIV firmó este jueves el decreto para hacer ‘venerable’ a Agnese Arango Velásquez (1937-1987), una monja colombiana que fue asesinada cruelmente en Ecuador junto al obispo español Alejandro Labaka Ugarte (1920-1987), mientras hacía trabajo misionero en la selva amazónica ecuatoriana.
Agnese Arango Velásquez tenía 40 años cuando, en 1977, participó en la primera expedición misionera de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia en Aguarico, Ecuador. Nacida en Medellín en 1937 y en 1955 ingresó en su congregación, donde completó su formación. Tras hacer la profesión perpetua, se dedicó durante los primeros años a la enseñanza. Luego, ya en tierra ecuatoriana, se desplazó por diversas comunidades —incluso como superiora— dedicada a la evangelización de los indígenas huaorani, bajo la guía, entre otros, de fray Manuel (Alejandro Labaka). También sor Agnese llegó a conocer la crítica situación de los indígenas tagaeri, en la mira de las compañías petroleras y madereras.
Fray Manuel, en su calidad de obispo, decidió que para evitar un enfrentamiento sangriento con los trabajadores mercenarios de las compañías era necesario ir en persona a hablar con los indígenas. A él se unió sor Agnese. Ambos, a pesar de saber del riesgo que suponía entrar en contacto con una tribu hostil a los forasteros, el 21 de julio de 1987 por la mañana, se hicieron llevar en helicóptero a un lugar previamente acordado. Al día siguiente, otro helicóptero volvió para recogerlos, pero durante el segundo sobrevuelo de la zona fueron avistados y luego recuperados sus cuerpos sin vida, atravesados por lanzas y flechas.
Ambos ofrecieron conscientemente su vida en fidelidad a su misión, un testimonio reflejado también en una carta que sor Agnese escribió la noche antes de partir, en la que dejó disposiciones casi como si fuera un testamento. Su muerte tuvo una gran repercusión y hasta hoy se mantiene una fuerte fama de santidad, acompañada por algunos signos.
El Papa León XIV autorizó la promulgación del decreto que reconoce “la ofrenda de la vida de la Sierva de Dios Inés Arango Velásquez”, quien falleció al buscar proteger a una tribu amenazada por la explotación petrolera en la Amazonía ecuatoriana. https://t.co/O5LhTw48fl
— ACI Prensa (@aciprensa) May 22, 2025
Agnese Arango Velásquez, la penúltima de los 12 hijos del matrimonio entre Magdalena Velásquez Posada y Fabriciano Arango Franco, una familia adinerada de Medellín, tomó los hábitos en la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Tras su consagración, se dedicó a la docencia dentro de su país.
La declaratoria de ‘venerable siervo de dios’ constituye el primero de tres pasos establecidos por la Iglesia Católica para alcanzar la santidad. Para ser declarada «beata» se requiere que la persona haya «vivido las virtudes de manera heroica» y probar un milagro debido a su intervención.
Con la monja colombiana y el obispo español Alejandro Labaka Ugarte, también será beatificado Matteo Makil, natural de la India, obispo y fundador de las Hermanas de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María. Nació en 1851 en Manjoor, en una familia cristiana acomodada. Se convirtió en sacerdote en 1865 y adquirió experiencia pastoral en parroquias, hasta que en 1889 fue nombrado vicario general de Kottayam. Tres años después fundó la congregación religiosa cuya principal misión era la educación de las niñas. Su acción pastoral fue dinámica y lo llevó, en 1896, a ser nombrado vicario apostólico de Changanacherry.
Promovió la formación catequética, la educación escolar, el surgimiento de organizaciones y asociaciones religiosas, luchó contra la pobreza —que afectaba a gran parte de la sociedad de la época— y también fomentó la vida consagrada.
En otro frente, no se dejó desanimar por las disputas locales, incluso violentas, entre los llamados “nortistas” (que se consideraban descendientes de la comunidad fundada por el apóstol Santo Tomás) y los “sudistas” (que se veían como sucesores de los emigrantes mesopotámicos). Monseñor Makil tenía un lema episcopal que inspiraba sus pasos y actitudes: “Dios es mi esperanza”. Con su estilo sereno y conciliador, trabajó activamente por la paz entre las dos comunidades rivales. Esto desembocó, en 1911, en un proyecto presentado a la Santa Sede para dividir el vicariato de Changanacherry en dos vicariatos específicos: uno para los “sudistas” y otro para los “nortistas”. Pío X acogió la propuesta e instituyó para los “sudistas” el Vicariato de Kottayam, confiándolo al propio Makil, su promotor. Monseñor Makil se dedicó a esta misión hasta su muerte, que ocurrió tras una breve enfermedad, en enero de 1914. (Información Vatican News).