Petro: Si lloré, pero 70 Gazas de hoy ha producido la oligarquía contra el pueblo de Colombia
–Tras pedir perdón público a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, donde el Estado colombiano, mató durante 27 años , más de 300 de sus integrantes, acto en el cual se le quebró la voz, el presidente Gustavo Petro afirmó en su cuenta en X: «Sí lloré pero 70 Gazas de hoy ha producido la oligarquía contra el pueblo de Colombia. 700.000 personas asesinadas desde el 9 de abril de 1948, por el odio político y la codicia, y nos han vuelto la tercera sociedad más desigual del mundo».
Y añadió: 70 Gazas. No son demócratas, son genocidas, y dieron golpe de estado el 9 de abril de 1948, y se robaron la constitución de 1991. La oligarquía no es demócrata, es genocida y esclavista, y por eso quieren hundir la voz del pueblo y las reformas sociales».
En su intervención, en el acto público en el que ofreció disculpas a las familias de las víctimas, en cumplimiento del Acuerdo de Solución Amistosa firmado el 18 de diciembre de 2024 entre la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado y la Comunidad de Paz, el jefe del Estado afirmó:
«Pido perdón a nombre del Estado de Colombia, que asesinó a la comunidad de San José, y no juzgó el crimen, a la comunidad de San José de Apartadó, al que funcionarios del gobierno mayoritariamente, asesinaron más de 300 de sus miembros de la comunidad, durante 3 décadas de ignominia».
Con voz quebrada @petrogustavo dijo “Perdón comunidad de San José de Apartado “ pic.twitter.com/mlgnYtOTXL
— Carlos Castañeda (@carprensa) June 5, 2025
El jefe de Estado afirmó que la violencia en Colombia no nace del pueblo, sino de decisiones foráneas que deben cambiarse. “La violencia colombiana no es el producto de nuestros corazones. El pueblo colombiano es un pueblo libertario”, dijo.
“La violencia entre los colombianos es un producto de decisiones extranjeras que no sirven, que hay que cambiar. La solidaridad de ustedes europeos y norteamericanos es quitar esas decisiones mundiales que hacen matar a los colombianos”, señaló.
De otro lado, el mandatario se declaró «preso de la oligarquía colombiana’, al señalar que ‘los tres poderes públicos empiezan a obedecer a los dueños del poder económico’.
“No he podido condecorar a nadie en mi gobierno. Esa es la realidad del presidente de Colombia, un presidente preso y vigilado, segundo a segundo. No soy el presidente de Colombia, soy el preso de Colombia, pero no de su pueblo, sino de su oligarquía”, aseguró el presidente Gustavo Petro durante el acto de reconocimiento de responsabilidad y disculpas públicas a favor de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.
El presidente se refería a su intención de condecorar a más de mil soldados que recuperaron, sin un solo muerto, la presencia del Estado en El Plateado, (Argelia, Cauca), pero no ha podido hacerlo: “en Cancillería, funcionarios de segundo nivel me dijeron que no había el material suficiente para hacer las medallas”, se lamentó el mandatario.
El Presidente se preguntó si en Colombia realmente vivimos en un Estado Social de Derecho establecido por la Constitución de 1991, pues la democracia no es simplemente la independencia de poderes.
“Si un poder es genocida, y el otro poder no juzga, y el otro poder hace leyes de los genocidas, ¿se llama eso democracia? Cada cual hace su tarea bien, pero la tarea la hace en función de la codicia de los poderosos de Colombia”, señaló.
Al respecto, el jefe de Estado explicó cómo se genera la impunidad en el país: “si la justicia se vende, eso sí genera impunidad. Los generales se venden y por eso permiten que sus tropas asesinen al pueblo, y los congresistas que hacen las leyes se venden”.
Y dijo que se trata de doctrinas que “pertenecen al ideario de Hitler, y no se dan cuenta, y creen que el mundo piensa como piensa Hitler, y se les olvida hasta la historia de la humanidad”.
Por ello, consideró que “los tres poderes públicos empiezan a obedecer a los dueños del poder económico en Colombia, que en su concepción creen que entre más se mate a los colombianos, más altas son las ganancias”.
Dijo que “hay senadores vendidos y partidos políticos enteros que se oponen a las reformas sociales que necesita el pueblo. ¿Por qué? Porque sus dueños son la codicia, el poder, partidos políticos que son propiedad privada de la codicia, no del pueblo”. Y mencionó, especialmente, a los ocho partidos que anunciaron su rechazo a la consulta popular sobre la reforma laboral.
También mencionó a varios expresidentes de la República que “me atacan juntos”, pero se preguntó: ¿acaso durante todos esos Gobiernos no fue que ocurrió la masacre en Colombia? ¿Acaso durante todos esos gobiernos no es que nos llevaron a ser el tercer país más desigual socialmente del mundo? ¿Cómo puede decir una Constitución que buscamos construir un Estado Social de Derecho y al mismo tiempo ser el tercer país más desigual del mundo? ¿Alguien miente? ¿Alguien miente? Estado de Derecho es que se cumplen las normas y Estado Social de Derecho es que las normas buscan la igualdad y la libertad de la sociedad colombiana”, aseguró.
El mandatario criticó el enfoque prohibicionista del narcotráfico, al señalar que el consumo masivo en países como Estados Unidos y en Europa ha elevado el precio de la cocaína, alimentado el negocio ilícito y causado una cadena de violencia que ya deja cerca de un millón de latinoamericanos asesinados.
“La cocaína, señores europeos, es producto de una prohibición que hacen con sus propios pueblos que son los que consumen eso en Estados Unidos y en Europa. La prohibición sube el precio, hace crecer la codicia y mata a colombianos y ahora mata a latinoamericanos. Va a un millón de muertos latinoamericanos asesinados por la codicia”.
Igualmente señaló que “es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, la mayoría colombianos, durante estos 40 años”, afirmó en la Plaza de Bolívar.
“La guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados”, agregó. “Ha llevado a los Estados a cometer crímenes y ha evaporado el horizonte de la democracia”.
Durante su intervención, el mandatario también se refirió al papel de las Fuerzas Armadas, afirmando que los soldados colombianos “no son para matar, son para hacer vivir”.
Agregó: “No quiero soldados matando soldados en el extranjero, ni en Ucrania, ni en el Medio Oriente, ni en México, ni en ninguna parte del mundo”.
