Juicio a Álvaro Uribe: En primer bloque del fallo, jueza avala interceptaciones telefónicas y grabaciones con reloj espía al abogado Diego Cadena
–Las interceptaciones telefónicas en las que accidentalmente se descubrió una voz muy reconocida, la del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien compareció virtualmente desde su finca El Ubérrimo, en inmediaciones de Montería, y las grabaciones hechas con un reloj espía en la cárcel La Picota de Bogotá por el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve al abogado Diego Cadena, de las cuales surgió la acusación de manipulación de testigos, fueron avaladas este lunes por la jueza 44 Penal del Circuito de Bogotá, Sandra Liliana Heredia Aranda, en la primera parte del juicio este lunes.
«La espera ha finalizado», afirmó la funcionaria judicial al iniciar la audiencia. “La decisión está prácticamente lista, pasa de las 1.000 páginas, entonces por efectos prácticos no vamos a dar lectura de toda. Pero sí que todo el país sepa cuál fue la decisión que se adoptó y por qué circunstancia, entonces por eso me voy a extender”, advirtió.
Heredia Harana hizo un largo prólogo, que comenzó evocando a Temis, la diosa de la justicia, y advirtió: «Permanece con los ojos vendados, no porque ignore, sino porque no prejuzga. Sostiene la balanza con las manos firmes, no para pesar opiniones, sino verdades. Porta la espada, no para castigar con furia, sino para proteger con decisión lo que es justo, lo que es recto y lo que es necesario.»
“Sabemos que los ojos del país están puestos sobre esta sala, sabemos que este juicio ha despertado pasiones, dividido opiniones, pero también sabemos algo más importante: el derecho no puede temblar frente el ruido y la justicia no se arrodilla ante el poder. La justicia, como Temis, no ve nombres, ni cargos, ni estaturas, porque su mirada está enfocada exclusivamente en la verdad jurídica y en el deber ético de resolver conforme a la ley y la conciencia», precisó.
Advirtió luego que la administración de justicia, como bien jurídico supremo, no está al servicio de la política, ni de la prensa, ni de la historia. Está al servicio del pueblo colombiano, que merece y exige una justicia imparcial, transparente, libre de prejuicios, firme frente a la presión y diligente. Cualidades que suponen implícitas a la ética que todo proceso de justicia y funcionario de servicio debe tener, sin que debiera ser objeto de suspicacias irresponsables y malintencionadas de quienes pretenden cuestionarlas.
Subrayó igualmente que este juicio no es contra la historia política de Colombia, ni una revancha, ni una conspiración y que tampoco «es un acto de oposición, ni de política», sino un un acto de justicia y solo de justicia.
Además recordó «algo que la historia no debe pasar por alto: la conducción de este proceso ha estado a cargo de mujeres que, desde sus roles en cada una de las etapas del proceso, ha enfrentado con valentía, incluso ataques machistas y cuestionamientos que no se habrían formulado, quizá, si quien decidiera fuera un hombre, evidenciando con cada acción que la toga no tiene género, pero sí carácter. Y que cuando una mujer administra justicia, lo hace con el mismo rigor o incluso más que cualquier otro funcionario judicial y que el sentido de responsabilidad se trae siempre al estrado.
Este es un momento para reafirmar el trabajo silencioso de cientos de juezas, fiscales, defensoras, magistradas y funcionarias que, desde sus despachos todos los días, sostienen en alto el nombre de la justicia colombiana».
Igualmente advirtió que «hoy, este estrado no decide sobre un nombre. Decide sobre unos hechos y esa distinción es vital. El sentido del fallo que se dará a conocer no tiene orientación política o está atravesado por simpatías o antipatías. Aquí no hay lugar para la sospecha o el cálculo electoral o las lecturas interesadas. Lo que este despacho ha hecho desde el inicio es cumplir su obligación constitucional y legal de resolver lo que el derecho permite resolver. Ni más ni menos. La separación entre justicia y política es un principio esencial del Estado de derecho y este juzgado lo defiende con la misma convicción con la que defiende los derechos fundamentales, la dignidad del procesado y la autonomía judicial».
También resaltó que «el fallo que se emite hoy no será una victoria de nadie, ni la derrota de otro», y finalmente se dirigió al acusado:
«Y a usted, ciudadano Álvaro Uribe Vélez, como parte, le reconocemos su presencia, su disposición procesal y el respeto a ese juicio porque, a pesar de los honorables cargos que ha ocupado, y de estar hoy sentado en la silla más difícil en este proceso, en calidad de procesado, lo ha hecho siempre con la mayor gallardía y cordialidad, de la mano de su esposa que devotamente ha estado a su lado a lo largo de este juicio acompañándolo. Le recordamos que este despacho, como lo ha hecho desde el primer día, fallará en derecho, con justicia, sin pasión, sin rencor y sin temor. Hoy más que nunca se honra ese principio de que todos somos iguales ante la ley y que el poder judicial existe para recordar que nadie está por encima de ella. Pero también que nadie está por debajo de su amparo».
Luego entró en materia, se refirió al reloj espía advirtiendo que no se trataba de un reloj común, que no funcionaba, pero que contenía la posibilidad de grabar el audio y el video, pero estableció que las grabaciones realizadas «no fueron obtenidas violando el derecho a la intimidad, ni se realizaron de mala fe” y sostuvo que son “confiables” porque no fueron alteradas y que cumplen con el objeto de “escucha”.
Además, subrayo que pese a que la defensa habla de esta grabación como clandestina, «lo cierto es que si le hubieran avisado a los interlocutores que la conversación estaba siendo grabada, ellos simplemente no se habrían referido al tema que se buscaba probar».
Igualmente aclaró que las grabaciones no fueron editadas y que no hay pruebas de alteraciones. “No se accedió a ellas violando el derecho a la intimidad, ni fueron obtenidas de mala fe y tampoco bajo mecanismos de tortura o coacción», indicó.

