Foto: Idartes.
El Instituto Distrital de las Artes (Idartes), desde el MediaLab de la Cinemateca de Bogotá, desarrollará de octubre a noviembre, la Temporada de arte sonoro 2025 que se plantea como un espacio de exploración, co-creación y formación en torno a las múltiples formas en que el sonido dialoga con las imágenes, entendidas más allá de lo cinematográfico: las que se proyectan en la materia, en los cuerpos, en los entornos físicos o digitales, las que emergen de tecnologías obsoletas o habitan mundos virtuales.¡Entrada con y sin boletería!
Esta temporada se realiza con el apoyo de la Línea Arte, Ciencia y Tecnología y por el programa CK:\WEB, del Instituto Distrital de las Artes (Idartes), y estará compuesta por un laboratorio, talleres, microtalleres, y un Club de escucha, Datos y Relatos, entre otros.
La temporada propone tres ejes, que abren posibilidades para aproximarse al sonido como experiencia, como lenguaje y como herramienta de creación desde una perspectiva situada, crítica y experimental.
1. Sonido como ente espacial, visual y tecnológico
Este eje propone explorar cómo el sonido configura espacios, transforma imágenes y se vincula con tecnologías que permiten nuevas formas de percepción. Aquí, se parte de la idea del sonido como ente que ocupa y genera espacio, capaz de activar relaciones entre cuerpos, interfaces, dispositivos y entornos. El cruce entre lo sonoro y lo visual se entiende aquí como una zona de intercambio continuo, en la que la imagen deja de ser superficie para convertirse en campo vibratorio. La exploración incluye experiencias con instalación sonora, sonido inmersivo, tecnologías obsoletas, realidad virtual o interfaces experimentales.
2. Sonido y cuerpo: voz, vibración y gesto poético
Este eje se enfoca en el cuerpo como territorio de resonancia, escucha y expresión. La voz, la respiración, el movimiento y la vibración son abordados como materiales sonoros que permiten pensar formas poéticas, afectivas y performáticas de creación. El cuerpo no se entiende sólo como emisor o receptor, sino como superficie sensible que escucha y produce desde lo íntimo, lo político y lo colectivo. Aquí se abren posibilidades para trabajar con poesía sonora, lectura performática, escritura vibrante y acciones sonoras en el espacio.
3. Escuchar el territorio: paisaje y escucha situada
Este eje invita a practicar la escucha como forma de estar en el mundo, reconociendo que todo paisaje es también una composición sonora. El entorno, el archivo, la memoria y la ecología acústica se entrelazan para activar formas de percepción que escapan a lo visual. La escucha situada implica reconocer los sonidos del contexto, los cuerpos que lo habitan y las historias que resuenan en él. A través de caminatas sonoras, creación de ambientes sonoros o cartografías acústicas, se propone una exploración sensible del territorio como partitura abierta.
La Temporada de arte sonoro 2025 es una invitación a escuchar, crear y pensar colectivamente desde lo sonoro y sus cruces con la imagen, el cuerpo, el territorio y la tecnología. Propone un espacio en el que el sonido no se reduce a un recurso técnico o narrativo, sino que se vuelve lenguaje, vibración y posibilidad crítica. A través de los distintos espacios de formación, cada participante podrá activar nuevas formas de percepción, formular sus propias preguntas y explorar maneras de habitar lo sensible desde una escucha expandida y situada.



