
Unos 2.000 manifestantes atacaron oficinas gubernamentales en una provincia sureña iraquí, donde arrancaron piedras del pavimento para arrojar contra la sede de un consejo regional en protesta por los ineficientes servicios públicos, dijeron las autoridades. El incidente dejó decenas de heridos.
La manifestación fue una de las más ásperas desde que los iraquíes empezaron a ventilar su indignación por la ineficacia del gobierno a todos los niveles. En contraste con las protestas en otros países árabes que reclaman democracia o cambio de régimen, los manifestantes iraquíes se han concentrado en el desempleo, la corrupción y la falta de electricidad.
El director de salud en la provincia de Wasit, Diaa al-Aboudi, dijo que 55 personas resultaron heridas _tres de ellas graves_ durante las protestas en la ciudad de Kut, a 160 kilómetros (100 millas) al sudeste de Bagdad. Agregó que algunos recibieron disparos de la Policía mientras que otros recibieron pedradas o sufrieron quemaduras.
La Policía de Kut negó haber disparado contra los manifestantes y culpó a los guardaespaldas del gobernador y guardias de seguridad privados de uno de los edificios. No se pudo recabar inmediatamente el comentario del gobernador, pero al-Aboudi dijo que los testigos y trabajadores de ambulancias dispararon contra los manifestantes.
Al-Aboudi agregó que los manifestantes arrojaron piedras a las ambulancias que fueron a rescatar a los heridos.
Los manifestantes apedrearon la sede del consejo provincial, incendiaron un remolque frente al edificio e irrumpieron en el complejo, dijo Sondos al-Dahabi, una portavoz de la provincia de Wasit. Agregó que las autoridades impusieron un toque de queda en la ciudad al caer la noche.

