Artunduaga: de sal y de dulce

Puede ser peor

En mis tiempos de Vicepresidente del Senado advertí sobre la fragilidad del Congreso, de sus instalaciones. El Congreso es muy vulnerable.

Dije que los congresistas podían estar más seguros en las calles bogotanas que al interior del Capitolio.

También me referí a que vendían desde cachivaches de todo tipo hasta droga. Me reafirmo en lo dicho, que tanta incomodidad causó en su momento. El país recuerda que un “sospechoso” resultó confesando su antigua y superada adicción. Lo felicité por haberse rehabilitado.

Se tomaron drásticas medidas, que en su momento arrojaron algunos resultados positivos, entre otros la captura de varios sujetos que portaban acreditaciones como “asesores” y eran delincuentes buscados por la justicia.

La muerte del Representante José Fernando Castro Caycedo, no atendido sino desatendido en el Congreso, demuestra –de manera protuberante- otra falla enorme al interior de esa ciudadela en el centro bogotano (por el Capitolio se pasean cada día más de 2 mil personas).

Denigrante, absurdo.

No es posible que con tanto parapolítico en el Congreso no haya para-médicos eficientes, comentó en Radio Santa Fe el ex senador Darío Martínez.

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