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Cartagena celebra canonización de la monja Maria Bernarda Butler

–Los cartageneros celebraron este domingo la proclamación por el papa Benedicto XVI de una santa que vivio y murio en la ciudad heroica, e hizo numeroso milagros.

Se trata de la monja suiza Maria Bernarda Butler, que entró al santoral catolico junto con el religioso italiano Gaetano Errico (1791-1860), fundador de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones; la religiosa india Alfonsa de la Inmaculada Concepción (1910-1946), cuyo nombre de pila era Anna Muttathupadathu, y que con ello se convierte en la primera santa de la India; y finalmente la ecuatoriana Narcisa de Jesús.

Al hacer la proclamación de estos nuevos santos, el Papa pidió a la comunidad internacional cesar la violencia contra los cristianos en Irak e India.

«Os invito rezar por la reconciliación y la paz en algunas situaciones que desatan alarma. Pienso en las poblaciones del norte de Kivu, en la República Democrática del Congo y en la violencia contra los cristianos en Irak y en India», oró el Papa ante decenas de miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro a la proclamación de los nuevos santos.

La monja María Bernarda Butler nacio en suiza en 1848 y luego de haber vivido en Ecuador y Colombia, murio en el año 1924 en Cartagena. Sus restos reposan en la capilla del Colegio Biffi en Cartagena.

El sumo pontifice detacó a María Bernarda Butler como una figura «muy recordada y muy querida» en Colombia y resaltó el espíritu misionero y el que fue «proclamando por doquier que el Señor invita a todos a su fiesta, la eucaristía».

La canonización de la mujer india, coincidió con un momento de recrudecimiento de la violencia contra los cristianos en la región de Orissa, que según fuentes vaticanas ha costado al menos 80 vidas de fieles cristianos.

Benedicto XVI, resaltando la personalidad de la santa india, expresó su solidaridad con los cristianos indios «en este difícil periodo» e imploró a Dios la paz y la reconciliación.
Después, dirigiéndose a los responsables de la violencia contra los cristianos, los integristas hindúes, dijo: «les pido que renuncien a estos actos de violencia y se unan a sus hermanos y hermanas para construir juntos un sociedad del amor».

De la santa ecuatoriana Narcisa de Jesús dijo que muestra el camino de perfección cristiana asequible a todos los fieles y ofrece un testimonio atrayente y un ejemplo acabado de una vida totalmente dedicada a Dios y a los hermanos.

Del sacerdote italiano, nacido en la sureña Nápoles, señaló que la calle y el confesionario fueron los «lugares privilegiados» de la acción pastoral de Gaetano Errico.
Errico fue un «experto de la ciencia del perdón y se preocupó de enseñarla a sus misioneros, a los que decía que Dios, que no quiere la muerte del pecador, es siempre más misericordioso que sus ministros», señaló Benedicto XVI.

Narcisa de Jesús Martillo Morán es el cuarto beato latinoamericano que el Papa Ratzinger eleva a la gloria de los altares y al culto universal en sus tres años y medio de pontificado, en los que ha proclamado ya 18 santos y casi seiscientos beatos, entre ellos medio millón de los denominados «mártires» de la guerra civil española.

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