Narcotráfico

La violencia relacionada con el narcotráfico sigue en alza en América Latina

La violencia relacionada con el narcotráfico y el abuso de las drogas ha continuado en alza en América Latina a pesar de los esfuerzos desplegados por los gobiernos para combatirlo.

Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) publicado hoy en Viena, no hay país de la región que se salve del problema de las drogas, aunque sí existen notables diferencias en cuanto a su producción, comercio y consumo.

Así, los países andinos Colombia, Bolivia y Perú siguen conformando la principal región mundial de cultivos de arbusto de coca y producción de cocaína, que se vende sobre todo en Estados Unidos y Europa a través de rutas terrestres, aéreas y marítimas que pasan por Centroamérica y, cada vez más, por África.

El informe recuerda que la superficie total de cultivos ilícitos del arbusto de coca en los tres países latinoamericanos aumentó en 2007 un 16 por ciento respecto al año anterior, hasta las 181.600 hectáreas.

Sólo en Colombia, que sigue a la cabeza como principal abastecedor de cocaína, las áreas de plantaciones ilegales alcanzaron las 99.000 hectáreas, un 27 por ciento más que en 2006.

La JIFE, un entidad autónoma de Naciones Unidas, destaca en el documento la creciente profesionalización de las redes de narcotráfico de América del Sur.

Éstas han establecido una cooperación entre sí para algunas operaciones, en las que «emplean especialistas» como químicos, capitanes de barco, pilotos y expertos financieros para las diversas actividades que requiere su negocio delictivo.

En los países de América Central, que principalmente sirven de ruta de tránsito de la droga del sur hacia el norte, preocupa especialmente la implicación en las organizaciones criminales de las «maras» o pandillas callejeras.

«Alrededor de 5.000 pandillas de El Salvador, Guatemala y Honduras actúan en México», con jóvenes reclutados por narcotraficantes radicados en México, destaca el informe.

La Junta advierte, además, de que «el aumento de las deportaciones en los Estados Unidos durante los tres últimos años ha obligado a cada vez más pandilleros a regresar a sus países».

Como consecuencia de ello, el 75 por ciento de las pandillas de América Central mantiene vínculos con otros grupos delictivos de EEUU, lo que fortalece a las asociaciones delictivas internacionales.

«La corrupción, un sistema judicial dotado de escasos recursos, la falta de confianza pública y la débil acción de la ley» siguen siendo factores que obstaculizan la lucha contra las drogas en los países de esa región.

Por otro lado, en México «los carteles de la droga han respondido con una violencia sin precedentes» a los esfuerzos de las autoridades por combatirlos y han duplicado en 2007 y 2008 la cifra de policías asesinados.

En cuanto al consumo, el primer estudio comparativo sobre el uso indebido de drogas en seis países de Suramérica colocó a Argentina en el primer puesto como consumidor de cocaína, seguida de Uruguay, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador.

También en Argentina se registran los consumidores de cocaína más jóvenes, pues un 25 por ciento tiene menos de 16 años, mientras preocupan las llamadas «drogas para citas con violación», sustancias que administran delincuentes a sus víctimas para cometer contra ellas diversos delitos.

EFE